Fútbol: Al Leganés no le dan miedo las alturas y deja la Copa del Rey al rojo vivo

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FÚTBOL. COPA DEL REY. IDA DE LAS SEMIFINALES. El Club Deportivo Leganés deja muy viva una eliminatoria que parecía muy favorable al Sevilla con el gol que se anotó Muriel en el minuto 21. Los de Garitano cambiaron de manera radical su juego tras el descanso y se repusieron con un gol parado que Siovas empujó hacia la red. Un gol de altura que deja las semifinales muy abiertas y todo por decidir el miércoles que viene en el Sánchez Pizjuán.

Aquél que os escribe al otro lado de la pantalla es muy dado a las supersticiones. Ayer, un día de semifinales en Copa del Rey, el primer partido de esta ronda jugado en Butarque, era un día diferente a cualquiera. Y servidor, al que le gustan los días diferentes, tomó una ruta diferente para llegar al Estadio. Apenas caben 11.000 almas, y muchos leganenses tuvieron que disfrutar del partido en bares, en casas, con la familia o en la soledad del pataleo y la mordedura de uñas. Un padre y un hijo, que jugaban al fútbol en un parque cercano, vestidos con la camiseta del ‘Lega’ y una bufanda, me indicaron el camino más rápido para llegar con la consigna de «seguir la luz y los cánticos».

Porque era lo que había ayer en el Municipal de Butarque, emoción. Equipo y afición disfrutando de la recompensa al trabajo. Un equipo visitante, ya hecho a este tipo de eliminatorias, que anima a garganta viva a su equipo vaya donde vaya, aunque como siempre suele pasar, los modos y formas nunca son los correctos. Ambos equipos salieron a calentar ante sus aficiones, arrancando poco a poco los primeros aplausos y mensajes de ánimo. Ellos respondieron con intensidad en los ejercicios, y se marcharon a vestuarios para ponerse el mono de trabajo.

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Las novedades, en el centro del campo

El Leganés salió de inicio con el once que le ha dado tantas alegrías al equipo pepinero en esta Copa del Rey: Champagne, que solo había encajado cuatro goles en la competición, ocupó la portería defendido por Tito, Bustinza, Siovas y Raúl García en línea defensiva. Brasanac y Gumbau en la sala de máquinas con El Zhar y Amrabat en bandas, dejando a Gabriel como enganche y a Beauvue en punta de ataque. Montella, que ha cambiado al equipo de la capital andaluza por completo, parece haber encontrado un once con el que el equipo funciona.

La salida de los jugadores estuvo marcada por ilusión y vergüenza. Se daban la mano los jugadores rodeados de una comunión de aficionados levantando sus bufandas con alegría, cantando el himno, sintiendo orgullo. A alguien se le debió ocurrir que es una afición no puede animar a su equipo en su propio campo, boicoteando el momento histórico pepinero y lanzando bengalas a una de las esquinas del césped. Abucheo generalizado del respetable y pitido inicial.

Sacaba en Leganés por mediación de Claudio Beauvue y salió presionando la salida del balón sevillista desde el primer momento. Al Sevilla parecía quemarle el balón y el equipo pepinero quiso mimarlo un poco más. Pero de fuego se ha forjado el equipo hispalense, que avisó en un córner en el minuto tres, remate que salvó magistralmente Champagne. El Zhar, muy activo, mantuvo en alerta a la zaga andaluza, que la vio pasar en una gran combinación entre el marroquí, Gabriel Pires y Beauvue, que finalmente no llegó a rematar el balón.

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El partido, loco desde el principio, y caliente tanto en el campo como en la grada, pudo ver un gol tempranero de los locales y de los visitantes. El Sevilla se hizo con el balón como se esperaba, y el equipo de Garitano no se sentía tan cómodo sobre el césped. Todos parecían esperar a eso que se ha bautizado como ‘el espíritu del Bernabéu’, pero ya decía Garitano en rueda de prensa que la intención del equipo era alargar la eliminatoria. Ciento ochenta minutos pueden hacerse muy largos.

El Leganés reaccionó a partir del gol

Llegaba el ‘Lega’ de manera constante, fluyendo con facilidad por la banda de El Zhar, por lo que un gol era viable en el ideario blanquiazul. El equipo fue adelantando líneas y, por virtud o por defecto, fue entonces cuando llegó el gol del Sevilla. En un contraataque, Pablo Sarabia cedió el balón a Muriel que recortó al último defensa y cruzó un balón bien escorado, pero no demasiado fuerte, en el que Champagne pudo hacer más para evitar el gol en el minuto 20.

Tras el gol, los de Leganés se hicieron con el control del encuentro. Presionó, disparó y se gustó, con el hándicap de estar por debajo en el marcador. El Sevilla se lo fue creyendo poco a poco y solo dos paradas seguidas de Champagne evitaron el 0-2 antes del descanso.

Garitano acertó en los cambios

Tras el paso por vestuarios, la imagen del Leganés cambió por completo. Un gol en contra en el marcador obligaba a dar otra vuelta de tuerca a la sala de máquinas. Salió Eraso por Brasanac, que se jugó la roja en la primera mitad, y el equipo recibió la llegada del vasco como agua de mayo. El conjunto pepinero comenzó su campaña de remontada adentrándose por el interior del campo, terreno farragoso, inexplorado durante la primera mitad, pero fértil en materia de grandes ocasiones.

No se hizo esperar mucho el gol del empate. En el 56′, tal y como en el Bernabéu, un córner botado por Eraso llega al área, donde Bustinza intenta rematar. El balón llega al área pequeña y, con un error tremendo de Rico, Siovas empuja el balón hacia la red dando esperanzas al equipo pepinero.

En un partido más pobre del Leganés, donde se notó que jugadores como Gabriel acusan ya la acumulación de partidos, el Sevilla pudo hacer más daño, por supuesto. Pero el muro siempre es el muro y, aunque se ayer se vieron desbordados por las bandas, el equipo de Garitano aguantó el tipo, demostrando que no le dan miedo las alturas, que están aquí porque lo merecen y han hecho méritos para plantar cara a los grandes de la geografía española.

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Quedaba media hora y el partido estaba roto. Avisaba el Lega con internadas de Amrabat y Raúl García, mientras que el Sevilla seguía acechando la portería pepinera. Tras la ronda de cambios, el ‘Lega’ pasó a jugar con una defensa de cinco para alargar la eliminatoria y darle vida, al menos, hasta el pitido inicial en el Pizjuán. Lo siguió intentando el Sevilla, pudo tener alguna el Leganés, pero todo se quedó en un partido que beneficia a ambos – a pesar de la ventaja del equipo andaluz por marcar fuera de casa – hasta que alguien diga lo contrario.

Eliminatoria abierta… Y a por el Pizjuán

Un empate a uno que deja lugar a la imaginación de un partido intenso en Sevilla en solo siete días, en la que el Club Deportivo Leganés puede meterse en la final de Copa del Rey. Pero el sueño tendrá que esperar. El Coliseum ya se prepara para el derbi contra Getafe este domingo. La Liga sigue ahí, esperando tres puntos más para acercar al equipo a la salvación.

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