El alcalde ha responsabilizado a ULEG de las próximas no inversiones. La falta de un presupuesto elaborado para este año obliga a realizar modificaciones presupuestarias. Sin embargo, el PP ha puesto su intención sobre la mesa: sin el arreglo de la iglesia San Salvador no aprobará nuevas modificaciones.
Si el Gobierno local (PSOE+IUCM) no lleva el arreglo de la iglesia San Salvador a Pleno, el Partido Popular se niega a aprobar nuevas modificaciones del presupuesto. Esta fue la postura que manifestó su portavoz, Miguel Ángel Recuenco, durante el último Pleno. Para algunos se trataba de un «chantaje» mientras que para el propio Recuenco era tan solo una negociación.
Jornadas antes, el concejal de Cultura, Luis Martín de la Sierra, aseguró que no se llevaría a Pleno la modificación presupuestaria para rehabilitar la parroquia si no existía «un amplio consenso en la cámara«. Una postura que se ha ido diluyendo. En la jornada de ayer, el alcalde, Santiago Llorente, aseguró que tan solo necesitaba el apoyo de ULEG para hacerlo. «No llevaremos la moción hasta que ULEG no diga que votará a favor«. Pero ULEG se niega.
 
Desde hace meses, la postura del partido de la oposición es de abstenerse en todas las modificaciones. «No votaremos a favor de modificar un presupuesto que es ilegal, por estar aprobado en Junta de Gobierno«, explican. Por ello, instan al Gobierno local a elaborar un nuevo presupuesto donde se reflejen las partidas de inversiones que ellos estimen prioritarias. Hasta que este no se lleve a Pleno y se apruebe, aseguran, no votarán ninguna modificación.
¿Qué es una modificación presupuestaria?
Una modifación presupuestaria es la edición de un presupuesto. Es decir, una transferencia entre las distintas partidas de las que está compuesto el presupuesto. Esto permite cambiar el destino del dinero de, por ejemplo, el pago de salarios al mantenimiento de edificios públicos.
Al no contar con un nuevo presupuesto, el Ayuntamiento de Leganés se ve obligado a editar el que ya tiene. Este fue elaborado en 2012 por el gobierno del Partido Popular. «Fue hecho para una época de crisis y es muy restrictivo. No nos vale. Necesitamos uno nuevo«, confesó el concejal de Hacienda, Pedro Atienza.
Sin embargo, este debe ser aprobado por el Pleno, lo que no estaría claro que ocurriera. «No voy a llevar a Pleno ningún presupuesto sin contar con el apoyo de la mayoría de los concejales«, añadía. El Pleno actual está atomizado. Cuenta con 5 concejales no adscritos y 6 grupos municipales por lo que es muy complicado alcanzar un consenso.
ULEG se propone para garantizar la aprobación
Ante esta situación, al inicio del año, Unión Por Leganés se comprometió a votar a favor los nuevos presupuestos. «Apoyaron la aprobación inicial sin condiciones«, aseguró el portavoz Carlos Delgado. Incluso, en el último pleno, el portavoz de la oposición amplió esta oferta. «Que conste en acta que ULEG pone a disposición del Gobierno sus 6 votos para aprobar inicial y finalmente el presupuesto que se lleve a esta cámara«.
Pero la propuesta no fue tomada en serio por el Gobierno local. El alcalde, Santiago Llorente, ha asegurado en varios Plenos no confiar en los concejales de este partido. «No confío en usted. No traeremos el presupuesto porque aunque diga eso, votará de nuevo en contra«, aseguró Llorente. «No vale decir que apoyamos la iniciativa pero no la subvención«, ha asegurado días después el concejal de Cultura, Luis Martín de la Sierra. «De la misma manera que se rehabilitan las ruinas de Polvoranca, también se debería apoyar la iglesia«.
«La situación parece que será similar en próximos Plenos«, declaraba el primer edil en rueda de prensa. En este nuevo Pleno se presentarán tres nuevas modificaciones que se espera que no salgan adelante. Se trata de modificaciones para pagos en servicios sociales. «Vamos a seguir trabajando hasta la convocatoria del próximo Pleno para llevar las próximas modificaciones«.
La falta de confianza provoca un bloqueo que tiene difícil salida. Sin presupuestos, el Gobierno local solo puede invertir en nuevas partidas a través de las modificaciones. Sin ellas, tendrá las manos atadas hasta que se elabore uno nuevo. Pero esto no tiene visos de ocurrir, ya que el concejal de Hacienda y el propio alcalde así lo han declarado en varias ocasiones. Por tanto, la única escapatoria sería la concesión de ULEG de aprobar la rehabilitación de la céntrica iglesia.