¿Qué esconde el silencio de las cineasta y feministas españolas con la rebelión de las actrices y cineastas americanas?

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Después del escándalo sexual desatado en Hollywood por Harvey Weinstein -acusado por abusar sexualmente, es decir, violar, a 43 actrices-, la cineasta leganense Rosa Blas Traisac da su opinión sobre porqué este tipo de cosas siguen ocurriendo en pleno siglo XXI y en pleno movimiento de liberación de la mujer.

ROSA BLAS TRAISAC / Es evidente, el mundo está saltando por los aires, y a pesar de Donald Trump, las actrices y cineastas americanas siguen poniendo la industria del audiovisual patas arriba. En la misma semana han caído por acoso sexual Weinstein, apodado Dios, y Roy Price, Amazon.

En un mundo donde los músicos tienen que explicar que no tocan para conseguir sexo. Fito: «El rock and roll sigue siendo lo peor para conseguir sexo».

Donde directores de cine, como Santiago Segura confiesa: «De pequeño yo no quería ser futbolista… Yo quería ser Hugh Hefner. D.E.P»

Donde Colin MacCabe en Godard: retrato de un artista a los 70, asegura que en el inicio del libro: «Es una verdad universalmente aceptada que la Historia del Cine es una conjura de hombres tímidos, poco atractivos y obsesos sexuales para rodearse de mujeres arrebatadoras».

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Dónde actrices como Emma Thompson ha descrito la situación con una claridad absoluta: «Weinstein  es un “depredador”, que está en lo alto de la escalera de un sistema de acoso, desprecio y chantaje. Esto ha sido parte de nuestro mundo (las mujeres en Hollywood) desde tiempos inmemoriales.  Ese es el fondo de este escándalo. Sí, Hollywood es una industria machista donde las mujeres tienen que hacer lo que les dicen hombres como Weinstein para abrirse paso.»

Donde la Top model Cameron Rusell, ha utilizado su cuenta de Instagram para denunciar los abusos sexuales que ha sufrido a lo largo de su carrera. Iniciativa seguida por decenas de modelos. Y ha invitado a las mujeres a denunciar el acoso con estas palabras: «Hay muchos Weinsteins en nuestra industria, no son difíciles de detectar. Si conoces uno, actúa ahora. No esperes 30 años para que The New York Times lo publique».

Dónde las francesas han continuado a estela marcada por la reivindicación y la denuncia:Una llamada para denunciar el acoso sexual bajo el hashtag #balancetonporc (algo así como ‘enseña a tu cerdo’) se ha vuelto viral este fin de semana en la red social Twitter en Francia.

 Donde en España, la prensa se ha volcado con la noticia, no ha habido peros, salvo que no ha habido ninguna reflexión ni una muestra de solidaridad, ni de las mujeres de la industria del cine, ni de las feministas, ni políticas, ni de otras artistas. Alguna mención de Leticia Dolera en sus redes sociales o la solidaridad un tanto obligada, la avaló en su Óscar, de Penelepe Cruz, y algún articulo en la prensa digital.

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¿Qué oculta este silencio?

Nadie responderá, pero yo me quedo con la reflexión de Alberto Rey: «Ni Léa ni Cara ni Gwyneth «necesitaban» la ayuda de Weinstein, así que imaginamos qué pasaba cuando una actriz sí la necesitaba. A lo mejor Estella Warren o Kristanna Loken (y se me ocurren bastantes más nombres) pueden contar la otra historia. La que no termina con un Óscar.» 

Solo añadir, que algunas de ellas no tendrían el suficiente talento, pero a la mayoría lo que les faltaba eran contactos. Sí, hay muchas mujeres que son maltratadas porque son ambiciosas y quieren tener una carrera artística, pero por supuesto esto no ocurre en España. En España todo el mundo triunfa por su talento, por el esfuerzo y no nos tenemos que solidarizar con nadie.

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