FÚTBOL. PRIMERA DIVISIÓN. JORNADA 34. El Club Deportivo Leganés pierde por la mínima contra un Athletic Club que tuvo fortuna antes del descanso. Un gol en propia meta de En-Nesyri fue el único movimiento en un marcador que debió ser positivo para los pepineros. Los de Pellegrino lo intentaron hasta el final sin encontrar portería.
Hay veces que debemos que luchar contra agua, frío y viento para lograr nuestro objetivo. Aunque el objetivo sea llegar a Butarque con alguna parte del cuerpo seca. Es lo que tiene el impredecible abril, caja de sorpresas donde se precie. No solo en lo que a meteorología respecta. El Club Deportivo Leganés buscaba dar la campanada bajo el diluvio para evitar caer en las embarradas tierras del peligro.
Estar sentado en la parada de autobús durante una hora esperando a que cese la lluvia siempre ayuda a pensar. El Lega tiene ya un pie metido de lleno en la salvación. Pero no está todo hecho. Por mucho Butarque que haya, Athletic y Celta son rivales duros de roer. Dos partidos de esos que necesitan curro. De esos en los que se gana la gloria.
Inicio sin dominio
Por la lluvia que caía desde comienzos de la tarde, estaba claro que la velocidad iba a reclamar su parte de protagonismo. Las primeras galopadas por la banda no se hicieron esperar en unos primeros compases dominados por los leones. Poco a poco, el conjunto pepinero fue entrando en el partido y avisó a los ocho minutos con una volea de Kravets que se marchó por encima del larguero.
 
Se igualaron las fuerzas tras el arreón inicial; el Lega cogió el balón, pero el Athletic parecía más peligroso sin esférico que con él. A la carrera, por las bandas, fueron un quebradero de cabeza para los defensores pepineros. La tendencia se mantuvo, sin demasiada producción ofensiva, durante la primera hora de encuentro.
La mala fortuna castigó al Lega
Hacia el final del primer asalto, el Athletic recuperó el cuero. Justo cuando volvió la lluvia regresaron las carreras por la banda. Los leones se suscribieron a ese método y a Pellegrino, que planteó un encuentro con fuerza y altura, le salieron bien las cosas. Los pepineros se hicieron fuertes y compactos. Ya no es novedad, pero siempre hay que decirlo.
A pesar de la altura, a veces es normal precipitarse aunque uno nunca lo espere. En un saque de esquina a las puertas del descanso, En-Nesyri tuvo la mala fortuna de llevar su despeje hacia el interior de la portería de Cuéllar. La mala fortuna nunca avisa. El gol llegó como un golpe inesperado para un Lega que no merecía ir ganando… Pero tampoco merecía perder.
Un Leganés más agresivo tras el descanso
El conjunto pepinero iba por debajo, pero a un Butaque semivacío no le importó. Hay ambiente de salvación, pero hay que tener cuidado con los cantos de sirena. En el césped, los de Pellegrino no quisieron resignarse al 0-1 y salieron dando otra imagen, luchando cada balón aunque la fortuna no acompañara.
Uno no termina de entender por qué jugadores como El Zhar o Braithwaite tienen que esperar una oportunidad desde el banquillo. Cuando juegan, responden. Y su equipo necesitaba una respuesta inmediata antes de que fuera tarde. Estaba claro que el Lega dominaba, pero necesitaba algo más. A falta de veinticinco minutos, Pellegrino cambió el sistema. Entró Braithwaite por Kravets para fijar el esquema en tres puntas y cuatro zagueros.
El Athletic soportó el chaparrón con una buena defensa que solo daba opciones al Leganés desde las bandas, con centros que los centrales rojiblancos repelieron sin problemas. La entrada de El Zhar tampoco pudo revertir la situación; los leones estaban dispuestos a defender el 0-1 por encima de todo.
El Lega, por resistencia visitante y ayuda colegial, no logró marcar al menos un gol. Y en partidos como el del miércoles, el fútbol se viste de injusticia. El conjunto pepinero no mereció perder. Todo lo contrario. Primer round y a la lona. Tercera derrota en Butarque esta temporada a la espera de la visita del Celta. Una victoria, a pesar del tropiezo intersemanal, podría suponer la salvación matemática.