Cuatro jóvenes músicos venidos de todos los rincones de Madrid componen Fractal. Ganadores del concurso Leganés con Ritmo en 2013, el grupo de rock que ha irrumpido en el panorama actual con Cuántico. Hablamos con ellos en plena promoción del que es su primer disco.
¿Quiénes son los culpables de que Fractal exista?
Rick Ramos: No me gusta mencionarme el primero pero la historia empezó hace diez años cuando vine a vivir a Madrid con el sueño de poder dedicarme a la música al menos semi-profesionalmente. Después de varios proyectos en Tenerife y las Islas Canarias, que es de donde soy, y un poco cansado de no conseguir casi acercarme a este sueño decidí venir para acá. Durante casi cuatro años estuve intentando reunir una banda con la que seguir como solista y tuve la fortuna de encontrar a Alfonso (guitarrista) y Javi (batería) para formar Fractal en 2009.
Para mi ellos son los protagonistas de todo porque consiguieron dos cosas: que yo pueda encontrar personas con las que creo que hay afinidad personal y musical para construir un grupo y logran que yo deje de ser solista para formar un grupo con el que poder compartir un proyecto. También tengo que mencionar a David Martín (guitarrista), la última incorporación del grupo.
¿Cómo consiguieron que dejaras a un lado tu faceta de solista?
R.R.: Fue muy natural. Después de un año de empezar a ensayar juntos pensé que era hora de crear un grupo ya que, como digo, había mucha afinidad. Fue muy poco tiempo realmente pero no me apetecía seguir siendo solista teniendo conmigo a gente con tanta valía musical y personal.
¿Cómo surge el nombre de ‘Fractal’?
R.R.: Surge de una fascinación que tengo desde niño por dos cosas: su belleza como un fractal de hielo o un árbol de sus ramas; y porque, como descubrí siendo más mayor con las fórmulas fractales, dentro del caos, siempre responden a un patrón. Les presenté la idea a mis compañeros y, en seguida les pareció una buena porque queríamos darle una sensación de profundidad al proyecto. No hacemos nada a la ligera, nos importan los detalles y nos gustan los mensajes que no son tan evidentes.
¿Qué es lo que os hace especiales como grupo?
R.R.: Tal vez eso. Buscamos diferenciarnos del resto de grupos que tienen un mensaje sencillo. Sin desmerecer al resto, nosotros pensamos que desde los ’90 se está haciendo un rock que tiene un mensaje lineal y nosotros buscamos otro trasfondo. Nos gusta el Seattle de los ’90 que marcó un hito en la música: grupos que con una estética, a lo mejor, no tan cuidada decían otra cosa en sus canciones.
Tampoco queremos que sean mensajes ocultos que no vean el resto de personas pero sí esa curiosidad que suscitan como el nombre ‘Fractal’ o ‘Cuántico’, nombres que aunque se sabe qué son suscitan preguntas cómo «¿por qué?».
Fuisteis los ganadores de la última edición y finalistas en 2013 del concurso Leganés con Ritmo ¿cómo fue la experiencia?
R.R.: Muy bonita. Para nosotros Leganés es una ciudad especial porque pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en ella, bien sea viviendo o trabajando, como es mi caso. Además, tenemos muchos seguidores en la zona sur que se dieron cita en el concurso para vernos.
Nosotros todos los concursos a los que vamos nos los tomamos como un reto y una oportunidad de crecer, de aprender del resto de grupos y de competir contra nosotros mismos, contra la industria musical, incluso, porque tal y como está el panorama es muy difícil competir con el resto de grupos y hacerse un hueco en el mundo del rock.
Pero guardamos muy buenos recuerdos y muy buenos amigos de estos conciertos. De hecho, aún seguimos manteniendo el contacto con el batería de ‘Circo Estático’, el grupo que nos ganó en 2013. Aprovechamos para conocer gente y aprender todo lo que podamos.
¿Cómo ha evolucionado vuestra música en este tiempo?
R.R.: Hemos tenido de por medio el proceso de grabación del disco con Pablo Cebrián, el productor que se ha encargado de dos de los discos más vendidos en estos momentos en España (‘Ya no’ de Manuel Carrasco, y ‘Dalma’ de Sergio Dalma). Tal vez ha sido el segundo punto de inflexión en nuestra carrera después de constituirnos como grupo.
Cebrián tiene mucha experiencia y nos ha enseñado cómo ser mejores sin perder nuestra esencia. Cuando llevamos mucho tiempo haciendo tu trabajo con la misma gente coges unos vicios y una rutinas que hacen que las cosas salgan bien pero no perfectas, le pasa a todo el mundo. Cebrián nos ha mostrado otra forma de hacer las cosas y ya no nos vale con hacerlo lo mejor que podemos sino que tenemos que hacerlo siempre mejor y acercarnos siempre un paso más de la perfección sin dejar de tener nuestra esencia y nuestro sonido.
¿Cómo fue que alguien con tanta experiencia se fijase en vosotros y dijese: ‘quiero producir vuestro disco’?
R.R.: [risas] Esto tiene una buena anécdota que te resumo. Hace quince años Cebrián, que vivía en Tenerife como yo, me ayudó en una pieza musical que queríamos presentar a los conciertos de Radio3, nos ayudó mucho a saber cómo teníamos que montarlo y nos lo hizo a cambio de producir nuestro primer disco. Años después, cuando le llamé para avisarle de que ya era el momento ¡apenas lo recordaba! Pero en cuanto escuchó nuestras canciones dijo que era buen material y quiso producirnos. Por un momento hasta dudé de que pudiera ser real pero ya, al fin, tenemos nuestro disco ‘Cuántico’.
¿Qué podemos encontrar en él?
R.R.: A nosotros mismos. Es un disco del que estamos muy orgullosos y en el que mostramos todo lo que somos capaces de hacer. Son 12 temas en los que no nos quedamos estancados, no tenemos un sonido único si no que cada canción tiene su ritmo y su estilo. Más tarde nos indentificaremos más pero ahora no queremos que la gente se aburra porque todas las canciones suenen igual.
Nosotros hacemos un rock… alternativo… algo que es poco clasificable, que por otro lado nos gusta aunque parece que no poder poner una etiqueta te excluye directamente del mercado. En este disco mostramos todo de lo que somos capaces de hacer, desde la balada que dedico a mi hija hasta una canción más cañera como es ‘Revolución’, con la que pretendemos revolucionar las mentes, porque a veces es necesario revolucionar la forma de pensar para poder llegar a la evolución, que es lo que buscamos.
Os encontráis en plena promoción del disco, ¿cómo está yendo?
R.R.: Fenomenal. Tenemos fechas cerradas ahora hasta febrero. Este sábado pasado tocamos en la Sala Caracol de Madrid, el próximo (28 de noviembre) iremos al Fnac de Barcelona, el 12 de diciembre estaremos de nuevo en Madrid, concretamente en Móstoles en una nueva sala llamada Hades que se están portando muy bien con nosotros, y el 26 de enero tenemos una fecha cerrada en la Fnac de Callao. Después en febrero estaremos en el Café La Palma (Madrid), el día 27.
¿Qué se siente al tocar donde muchos han empezado antes que vosotros [Sala Caracol de Madrid]?
R.R.: Fue una experiencia muy buena tocar en una sala tan habilitada como esta que, aunque es de inicio como bien has dicho, cuenta con el equipo necesario para poder escucharte bien y a tus compañeros, y tiene un escenario suficientemente grande para poder expresarte como quieras sin estar pendiente de dar o no a tu compañero. Nosotros siempre damos todo de nosotros en cada escenario, pero tener una buena equipación y, encima, la historia que tiene esta sala, es genial.
Ahora que se acerca el nuevo año, ¿qué le pedís a este 2016?
R.R.: En lo personal, suena muy tópico pedir la paz en el mundo pero ahora, con todo lo que está pasando, creo que es momento de reflexionar y de mirar bien cada uno hacia dónde estamos caminando como sociedad, con todo lo que ha pasado en París y lo que está pasando en Siria desde hace muchos años, es más necesario que nunca.
Y en lo musical tenemos muchas ganas de que llegue 2016 porque tenemos planificado empezar a trabajar ya en el segundo disco y seguir la gira de este primero. Pediríamos continuar con esta suerte de poder dedicar tiempo y energías a la música y poder hacer lo que esté en nuestra mano para conseguir la revolución que decíamos antes.
En este mundo Fractal en el que vivimos [risas] tenemos que saber qué puede hacer cada uno para poder ayudar en la medida de lo posible. Ghandi dijo una vez: «Debes convertirte en el cambio que deseas ver en el mundo«. Es necesario que lo hagamos, y empecemos por cambiar nosotros mismos.
