Vida Sana: Las cenas navideñas

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ROMÁN ILLESCAS / Se aproximan las fiestas navideñas y como no, el descontrol alimenticio. Comemos y bebemos a todas horas, sin hambre, sin ganas, dejándonos llevar por las emociones festivas. Celebramos las fiestas con comidas copiosas como si tuviéramos que relacionarlo con la felicidad, como si pasarlo bien o estar contento tuviera una relación directa con comer hasta hartarnos o con beber hasta perder el control.

El porqué vinculamos comer descontroladamente a las situaciones festivas es un tema que trataremos en profundidad más adelante. Tampoco podemos aislarnos del mundo y no salir a cenar o volvernos asociales o sociópatas, pero no olvidemos que nuestro cuerpo no entiende de festividades y la hipertensión, hiperglucemia, acidez etc., tampoco.

Voy a intentar trasmitir algunas pautas o recomendaciones de cómo sobrevivir a estas fiestas y no morir en el intento, o al menos intentar salir con el peso controlado. Recordad que el peso no es solo un indicador estético, podemos decir que la alimentación es un factor determinante de la salud, y el sobrepeso incide directamente.

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Respecto al alcohol, las recomendaciones sobre su consumo son muy claras, cuanto menos mejor. No, no es sano en ningunas de sus modalidades, ni la cerveza ni el vino, con su querido y bien dimensionado “resveratrol”, son alimentos saludables, y mucho menos las bebidas de alta graduación. Eso de un par de copitas de vino al día pasó a la historia.

Las recomendaciones sobre consumo diario ya hace tiempo que saltaron a otra dimensión detrás de los estudios patrocinados por los productores de dichas bebidas. Ahora bien, si lo consumimos, y así debe decidirlo cada uno, lo haremos sin pensar que es porque tienen antioxidantes, y aquí omitiré algunas carcajadas, porque las fitoalexinas también están presentes en las nueces y los cacahuetes. Trataremos de tener agua en las comidas y no solo vino o cerveza, e ir alternando si decidimos consumirlo.

En las grandes comilonas, debemos mantener todas las comidas del día y no saltarnos ninguna si queremos llegar con menos hambre a la mesa. Podemos tomar alguna fruta y agua antes de enfrentarnos a los suculentos manjares. Si van a ser abundantes, que lo serán, intentaremos llevar el resto del día una alimentación rica en fruta y verduras. Los días que no sean fiestas especiales, trataremos de no consumir dulces navideños, dejándolos únicamente para las fiestas señaladas.

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Es importante que en la mesa haya alternativas vegetales, ensaladas y verduras, y dejar de comer antes de estar saciados. Además, no olvidéis que nuestros hijos reflejan y aprenden nuestros comportamientos, y estos marcarán sus hábitos.

Así que ya sabéis, la navidad es para disfrutar con quien nosotros queramos, o podamos, que ese es otro cantar, pero siempre sin dejar de lado a nuestra salud. Los excesos, mejor que sean controlados y ajustarlos con alternativas saludables. Total, qué no tendrán los dulces típicos navideños que duran de un año para otro.

Román Illescas pertenece al Club Leganés Club  y a www.anyd.es donde fomenta el deporte y la  buena alimentación. Colabora con Leganés Activo para difundir la importancia un estilo de vida saludable.

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