FÚTBOL. PRIMERA DIVISIÓN. JORNADA 11. El Club Deportivo Leganés claudica por 3-0 frente al Valencia, segundo en la clasificación de LaLiga Santander, y encadena su segunda derrota consecutiva tras haber encadenado una buena racha de partidos puntuando. Con goles de Parejo, Rodrigo y Santi Mina (P), el resultado fue mucho más abultado que la diferencia de juego en el terreno de juego.
El once del Leganés presenta muchas novedades, no solo con respecto al partido del Sevilla el sábado de la semana pasada, sino también con el esquema de las últimas semanas: la dupla de centrales compuesta por Ezequiel Muñoz y Siovas está pensada para meter cuerpo y altura para intentar detener a Zaza, que lleva seis jornadas seguidas marcando. La alineación de Zaldúa y Diego Rico, sólidos en defensa pero con notable vertiente ofensiva, puede interpretarse como un desplazamiento del juego del equipo a las bandas, subiendo hasta el centro del campo y dar protagonismo a Javi Eraso y Szymanowski, alineados como extremos pero expertos en ese arte de las transiciones de balón. La línea de tres cuartos es, sin duda, uno de los focos de atención de Asier Garitano en el día de hoy.
El centro del campo, compuesto por Morán, Brasanac y Gabriel Pires, es una segunda línea defensiva; tal y como escribíamos ayer, Morán se siente cómodo jugando de pivote y saliendo al balón corto y con toque fácil. Es interesante la figura de un jugador que se cuela entre los centrales para asegurar el perímetro y sacar el balón desde la frontal si arriesgar la posición de los centrales. Por su parte, Brasanac será el encargado de presionar en campo rival para forzar el error, mientras que Gabriel aportará su calidad en el ataque cuando sea necesario. Jugadores como él ganan partidos que están atascados. Un 4-3-3 que puede ser interpretado como un 5-4-1 si entendemos el estilo del conjunto pepinero.
El Valencia, liderado por un Marcelino que ha conseguido despertar a un Valencia en el limbo, sale hoy con todo, consciente de que no se le puede escapar el Barcelona, que juega esta noche un partido de alto voltaje contra el Sevilla de Berizzo. Con un 4-4-2, confía en la calidad de Zaza y Rodrigo, que están dando un resultado impecable, apoyados por una línea media envidiada por media Liga. La joya con fecha de caducidad, Gonzalo Guedes, junto a un Soler que mira al mundial de Rusia 2018 como meta, pueden marcar el ritmo de un partido de alto voltaje.
El partido, que comenzó con algunas imprecisiones de ambos equipos, presentaba un escenario más favorable para el Leganés que para el Valencia, algo despistado y ahogado por la presión del Leganés, que robaba el balón y lo desplazaba a las bandas para intentar alejar el balón del área pepinera. Muy ordenado, el conjunto visitante lograba en la primera parte que Zaza y Rodrigo, puntas del equipo ché en la tarde de hoy, no tocaran ni un balón hasta bien adentrada la primera mitad. Todo señalaba que iba a ser un partido basado en el respeto entre nobles, con poca creación ofensiva pero mucho juego rápido y de calidad.
El dominio en posesión era del Valencia, pero el partido se jugaba en el lugar y el ritmo que quería el Leganés, que fue de menos a más en la primera mitad. Ni siquiera el gol de Parejo de falta en el 14’ – única ocasión valencianista en los primeros cuarenta y cinco minutos – rompió la dinámica de progresión del equipo de Garitano. Los mejores del ‘Lega’ eran los laterales, apoyados en todo momento por la acción de Erik Morán, que no pudo hacer más en la tarde de hoy. La falta de Rubén Pérez, lesionado, se notó en el centro del campo.
En el ecuador de la primera parte, el conjunto pepinero se vino arriba y generó buenas ocasiones con desmarques que rompían la unidad de los defensas centrales. Jugadores como Parejo o Kondogbia tuvieron poco protagonismo en el centro del campo, precisamente por ese desplazamiento a bandas que planteó el Leganés. Marcelino García Toral, que hace buena lectura de los partidos, debió dar un toque de atención en el descanso para intentar retomar el rumbo de un partido con un rival digno, el mejor de los que han pasado hasta la fecha por el campo de la capital del Turia.
En la segunda mitad, el Leganés se estiró un poco más para intentar generar ocasiones y eso permitió, del mismo modo, facilitar las ocasiones del Valencia, que tomó la iniciativa ofensiva liderada por Gonzalo Guedes. El primer cambio vino de la mano de Garitano, que quitó la figura del pivote personificada en Morán para aportar velocidad y mayor ataque con Gerard Gumbau. Marcelino también quiso añadir más pólvora para rematar el partido y cambió a Soler, que no tuvo su día para dar entrada a Andreas Pereira, que dio una asistencia magistral a Rodrigo en el minuto 70, que remató de cabeza para finalizar una contra iniciada por Kondogbia.
Ni la entrada de El Zhar ni la de Tito supusieron un cambio de esquemas notable. El marroquí aportó frescura e intensidad pero no se materializó en ninguna ocasión. La clave no ha sido un mal partido visitante, sino más bien un buen aprovechamiento del Valencia en sus pocas ocasiones. En el 82’, un penalti señalado sobre Santi Mina ponía un 3-0 que no reflejaba, al término del partido, el desarrollo real de los noventa minutos. Un castigo excesivo para los hombres de Garitano, que encadenan dos derrotas y esperan alguna bajada de posiciones cuando jueguen el resto de equipos.
Ezequiel Muñoz, defensa pepinero, analizaba el resultado al término del partido. “Ha sido una tarde complicada; no pudo ser y ahora toca pensar en el siguiente partido. Hemos tenido delante a un equipo fuerte que aprovecha al máximo sus oportunidades, pero en el fútbol se falla y de esto se aprende. Tenemos que mejorar para ser más sólidos, pero hemos dado el máximo”.
Por su parte, Garitano hablaba en zona mixta con un rostro tranquilo, sabiendo que la imagen del equipo ha sido buena. “Yo creo que con lo que se ha visto en el campo ha sido un resultado abultado, pero para poder competir en estos escenarios todo te tiene que ir muy bien y tener suerte. Hemos tenido nuestras opciones para poder entrar en el partido que nos han dejado un mal sabor de boca. De un partido muy igualado, estos equipos no perdonan y esta es la diferencia. Trabajaremos más, pero podemos competir con cualquiera. No creo en las casualidades, por lo que seguimos trabajando”, afirmaba el técnico guipuzcoano.
Ahora tienen por delante dos semanas – por parón de selecciones – para preparar el complicado choque en Butarque frente al líder, el Fútbol Club Barcelona, para salir reforzado de la zona de turbulencias y afrontar con motivación el calendario hasta final de año.




