La Junta de Gobierno de Leganés aprobaba este mes un contrato de 47 millones de euros para la limpieza viaria de la ciudad. El contrato, que ha despertado multitud de críticas, fue tratado en el Pleno lo que obligó al alcalde, Santiago Llorente (PSOE) a dar explicaciones.
En este pliego se unen todos los contratos de limpieza actuales, cada uno de ellos correspondiente a una zona de la ciudad. «Como no podemos hacer un convenio colectivo porque no es nuestra competencia, queremos unir los contratos para igualar las condiciones de trabajo y que todos cobren como el que cobra más actualmente«, aseguraba el alcalde.
Sin embargo, la suma de los pliegos actuales es más alta que el montante final de este. «Es surrealista que diga el alcalde que va a mejorar con menos dinero. Cada vez sea más precario y que esté peor», criticaba Rocío Cruz, concejala no adscrita. «Cada vez es menos rentable el contrato. La gran trampa: No hay nada medioambiental, y las barredoras que piden son pequeñas de 1.000 litros de capacidad», alegaba Carlos Aranzana (ULEG).
Dos modificaciones en menos de dos semanas
Una de las críticas de Carlos Aranzana destacó varios puntos negativos del contrato como la ausencia de cláusulas medioambientales o la falta de inclusión del contenedor marrón que será obligatorio el año que viene; además de que «la justificación económica es lamentable» debido a la escasez de datos.
Algo que también apuntó Cruz, pues destacaba que faltaba información fundamental por lo que ha interpuesto un recurso especial ante el expediente. «Falta información fundamental y que afecta a los derechos de las plantillas a subrogar. No se reflejan costes totales brutos por persona/año, sino un genérico «según convenio». 361 personas procedentes de empresas distintas, adscritas a 5 servicios distintos y con 6 Convenios», explicaba.
Así, al día siguiente del debate de la moción en el Pleno, la Junta de Gobierno local convocó una reunión para modificar la relación de puestos de trabajo del contrato, y menos de una semana después volvió a modificarlo, en esta ocasión cambiando hasta cinco puntos.
Para la oposición estas modificaciones indican que el pliego «se hizo rápido» y sin prestar atención a ciertos detalles, algo que negaba rotundamente: «Yo lo he visto y está razonablemente bien para el dinero que tenían. Si se presentan bastantes empresas querrá decir que lo que usted ha dicho era un error y entra en el precio».