La Parroquia de San Salvador de Leganés acogió un evento reivindicativo con `Poetas contra las grietas’ y la soprano Rosa Gomariz. Reivindican la necesidad de reparación de la cúpula.
El acto, organizado por ‘Ocio en Leganés’ con la colaboración de la ‘Plataforma Salvemos el Salvador’ pone el foco en el interés cultural que tiene la iglesia y la lucha por mantener vivo el patrimonio de la ciudad. A ello se le suma la participación de Rosa Gomariz, que está recorriendo últimamente los medios con su historia: Rosa ha sido admitida en una de las escuelas más prestigiosas de canto lírico, The Manhattan School of Music de Nueva York, entre más de 20.000 aspirantes. Sin embargo, no ha recibido ninguna beca, por lo que intenta recaudar dinero para su estancia con un crowdfunding.
Rosa Gomariz arranca con el aria O mio babbino caro de Puccini que, entre muchas, fue interpretada por María Callas y Montserrat Caballé, dos de sus referentes. Al piano le acompaña Marina Álvarez de la Escuela de música Manuel Sales. Rápidamente, da muestra del potencial que tiene, la capacidad no solo vocal sino a nivel interpretativo que hace que, a cada una de las canciones, el público rompa en aplausos aún sin llegar a finalizar la última nota sostenida.
Con su emotiva actuación, nos ayuda a entender más de cerca su historia y la necesidad de perseguir una oportunidad tan imprescindible. Juan Manuel Álamo, representante de la Plataforma de Salvemos el Salvador y editor de Leganews, insiste muy acertadamente en que “estamos ante una persona que no deberíamos dejar que su formación no se complete” y que “talentos como los que tenemos aquí no se nos deberían escapar”.
Tras su actuación, la redactora de Ocio en Leganés, Cristina, presenta el recital de poetas estableciendo una similitud entre la poesía y la reparación de las grietas. Todos los participantes ponen el foco en la importancia de la iglesia a nivel cultural y como centro de la ciudad. Así, por ejemplo, Mari Carmen Estévez recita “El padre nuestro” de Gloria Fuertes y sus versos toman más sentido en este espacio. Modesto González nos pone en contexto, desde que se finalizara la construcción de la iglesia en 1720. Crea con su composición un paisaje de la ciudad con la torre del Salvador como centro, con un recorrido que nos transporta desde la Plaza España, pasando por la calle Juan Muñoz hasta llegar a San Nicasio.
Por su parte, Jesús Fersán ironiza sobre la delicada situación estructural: “me voy, me marcho corriendo, no sea que entre verso y verso a estas grietas les dé por enseñarme el universo”. Otros hacen referencia a sus elementos, como Eloísa Pardo que nos habla del órgano hasta llegar “al más bello conjunto barroco español” y arroja metáforas creadas para la ocasión “las palabras se abrazan al retablo, suturando heridas”.
Pero, en general, lo que es evidente es que cada uno de ellos toman este espacio como imprescindible, por lo que significa dentro de la ciudad y por su interés histórico y patrimonial. El presidente de la Plataforma Salvemos el Salvador, José Luis Pérez Ráez pide que este “grito” se extienda para que las grietas paren además de llamar a reparar las grietas personales en esta Semana Santa, mientras que Luciano Nuevo lo matiza en su poema: “un solo grito: salvemos el Salvador. De Butarque a Polvoranca en Leganés toma cuerpo”.
