Se trata de un plan de rastreo realizado por Canal de Isabel II que equivale a hacer decenas de miles de PCR a la población
En los últimos nueve meses, los técnicos de Canal han recogido un total de 5.800 muestras -300 semanales- en 289 puntos de saneamiento de la red, 51 de ellos en la capital. El proyecto de rastreo cuenta con 15.000 kilómetros de redes y da servicio a 6,7 millones de habitantes. Además, tiene una amplia capacidad de muestreo en el sistema de alcantarillado de la región, donde hay un total de 420.000 pozos.
En este sentido, un equipo multidisciplinar formado por virólogos, matemáticos y estadísticos selecciona las muestras, elabora los resultados de las mismas y los pone a disposición de la Consejería de Sanidad para su interpretación y toma de decisiones, a través de un mapa que le permite rastrear el virus. Su capacidad de rastreo equivaldría a realizar decenas de miles de PCR a la población, porque permite identificar las zonas donde hay más presencia de coronavirus.
Laboratorio central
El proyecto se mejorará, además, con la creación de un laboratorio propio integrado en la empresa pública Canal de Isabel II que analice las muestras de aguas residuales no depuradas para la detección del virus. Su puesta en marcha se prevé en el primer trimestre de 2021.
El objetivo del Gobierno regional es poder realizar internamente esta labor de análisis con todas las garantías y seguir ganando tiempo en la toma de decisiones. Para ello, se está acondicionando un laboratorio de aguas depuradas que el Canal de Isabel II posee en Majadahonda.
Funcionamiento de la herramienta
En la herramienta informática hay un código de colores que permite comprobar rápidamente cómo evoluciona la presencia del virus en las aguas residuales. Así, se pueden ver puntos de muestreo señalados en verde, que significa que no hay virus, o marcados en rojo, que indica presencia del COVID.
Permite, además de tener el resultado total para toda la Comunidad de Madrid, buscar por municipios, según sus cuencas, y comprobar la curva de evolución de la presencia del virus, la cantidad detectada y la media móvil. El pasado agosto la Comunidad de Madrid aceleró los trabajos a través de Canal de Isabel II para desarrollar una herramienta informática que permitiera estar preparados para un nuevo incremento de contagios que se detectó a partir del verano.
Cuando el Ejecutivo regional puso en marcha el sistema de rastreo epidemiológico hace nueve meses, en plena pandemia, la metodología de entonces podía determinar si había presencia de COVID-19 en las aguas residuales, pero no especificaba su carga viral –algo que ya se calcula desde el mes de julio–.
A partir de entonces comenzó un trabajo conjunto y de coordinación entre las consejerías de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad y la de Sanidad, junto a Canal de Isabel II, que ha permitido que este mecanismo de estudio equivalga a hacer decenas de miles de PCR a la población, al identificar aquellas cuencas y zonas donde hay presencia de coronavirus.
Además, el análisis de las aguas residuales puede abrir una nueva vía de estudio para la salud pública, ya que de manera habitual contienen restos biológicos de todo tipo de virus, como rotavirus, adenovirus, hepatitis o enterovirus.