Desde Leganemos señalan que cada vez más estudios científicos avalan el papel de las zonas verdes en la reducción de las temperaturas de las ciudades con la consiguiente disminución de riesgos para la salud. Asimismo, los estudios señalan otros beneficios de estos espacios, como pueden ser la mejora del bienestar emocional en infancia y la prevención de la ansiedad y la depresión en adolescencia y juventud. En el caso de adultos y personas mayores destacan la reducción de la mortalidad, del riesgo de enfermedad cardiovascular y mejores niveles de salud física y mental.
Las evidencias constatan que el cambio climático hace cada vez más hostil la vida en las ciudades y pone a las personas en riesgo, especialmente a aquellas más vulnerables. Esta realidad exige la atención de la Administración Pública, dirigida a la puesta en marcha de políticas de protección de la infancia, la adolescencia y otros colectivos vulnerables, dirigidas a velar por la salud, también la mental, en un contexto de impactos provocados por los efectos del cambio climático.
Por todo ello los barrios deben tener suficientes espacios verdes para que la ciudadanía se pueda ver beneficiada. En Leganés hay que avanzar en fortalecer las masas verdes de los parques y jardines y en aumentar la presencia vegetal en las plazas, asegurando más sombra y disponibilidad de agua para las personas y los animales. Asimismo, dentro de los servicios que deben ofrecer los barrios, se deben encontrar los Centros Cívicos abiertos todos los días en periodos de olas de calor y frío.
Por su parte, las viviendas deben adaptarse para mejorar el aislamiento térmico, lo que es beneficioso tanto para las altas como las bajas temperaturas. Son inversiones que consiguen mejorar el confort en los hogares, rebajar la factura energética y reducir los riesgos para la salud de las temperaturas extremas. Una vez más, los barrios con viviendas más envejecidas son más vulnerables y requieren de intervenciones prioritarias.
La cuantía de las inversiones necesarias para lograr dicho aislamiento es alta, tanto en el caso de las familias como de las comunidades de vecinos. Por ello, el Ayuntamiento debe facilitar líneas de subvención con dotación presupuestaria suficiente para poder realizar las obras necesarias, garantizando que la transición ecológica no deja a nadie atrás. Asimismo, debe facilitar los trámites para obtener las ayudas y agilizar su concesión.