El invierno no es el mejor momento para nuestros pulmones. Las calefacciones y el aumento de desplazamientos en coche (por el aumento de reuniones y para evitar el frío) hacen que la contaminación se dispare. Una situación que se suma a los tradicionales picos de virus respiratorios: gripes, virus respiratorio sinticial y, en menos medida, COVID. Este cóctel es precisamente lo que estamos sufriendo en Leganés en esta recta final de año.
Desde el pasado lunes, Leganés se encuentra en alerta en cuanto a contaminación se refiere. Los niveles de partículas en el aire se han disparado calificando su calidad de «desfavorable», según la propia Comunidad de Madrid. Aunque el resto de componentes analizados se encuentran en niveles estables, esto es un signo de alerta. De hecho, este aumento podría redundar en una mayor incidencia de los virus respiratorios.
Según la evidencia científica, una exposición prolongada a estas partículas pueden hacer que se acumulen en el sistema respiratorio, lo que se relaciona con deficiencias en la capacidad pulmonar. Los grupos más sensibles –niños, ancianos y personas con padecimientos respiratorios y cardiacos– corren más riesgo de padecer los efectos negativos de este contaminante.
En medio del mayor pico de virus
Este episodio de contaminación coincide con un momento crítico en la sanidad pública. Como cada año, el número de afectados por virus respiratorios se multiplica en el invierno debido al gran número de reuniones en espacios cerrados. Virus a los que desde la pandemia también se suma el COVID en sus nuevas cepas. Aunque Madrid no es la comunidad más afectada por casos de coronavirus en la actualidad.
«De dos semanas para aquí hemos visto cómo todas las infecciones respiratorias han aumentado mucho. Siempre en el mes de diciembre hay un repunte, pero este año la verdad es que ha habido más«, ha explicado Leovigildo Ginel, médico de familia experto en enfermedades infecciosas de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) a ABC.
Por su parte, Ángela Hernández, portavoz de AMYTS, ha denunciado que las plantillas de los centros están cortas. En un vídeo en redes denuncia que están «infradimensionadas» y que las vacantes de urgencias de los hospitales «no se cubren por las malas condiciones». Una situación que golpea duramente a la capacidad de atención.
El Hospital Severo Ochoa, tensionado
En Leganés, el nivel de envejecimiento de la población hace que cada año aumenten drásticamente los pacientes por este tipo de virus. Esto ha tensionado hasta el extremo los recursos sanitarios, aumentando las listas de espera en los centros de salud. En centros como el ubicado en el barrio de San Nicasio, esto puede retrasar la cita hasta dos semanas. Además, la falta de urgencias de La Fortuna y Pedroches ha reducido el número de recursos sanitarios de la población.
Por otro lado, se ha llegado a hablar de colapso en el Hospital Severo Ochoa, una denuncia repetida cada año. Y es que la reducida dimensión del hospital hace que no se puedan enfrentar en muchas ocasiones los aumentos cíclicos de demanda. Mientras que sindicatos denuncian que más de 30 pacientes esperan a ingreso, fuentes del hospital aseguran que «la situación de urgencias no es de colapso» sino que «la tendencia es a la adecuación de la demanda, pudiendo que haya picos puntuales en los servicios debido a que se produzca una elevada asistencia en franjas horarias puntuales».
Leganés, lugar de riesgo
En medio de este cóctel, la contaminación ambiental se convierte en un factor de riesgo. Aunque la mayor parte de los estudios señalan que el efecto de la contaminación en los sistemas respiratorios se produce, sobre todo, a largo plazo, también se señala que la contaminación pueden aumentar los efectos nocivos de los virus respiratorios.
En el caso de Leganés, su ubicación hace que sea un lugar de riesgo durante todo el año puesto que, según se pueden apreciar en los mapas de calor de contaminación, su cercanía a Madrid lo hace más susceptible de recibir los niveles de polución de la capital. Lo mismo ocurre con Alcorcón. Además, la concentración de población y el gran número de vehículos de la zona también aumentan esta contaminación.
Esto hace que la población se exponga a los niveles de contaminación altos durante todo el año. En concreto, en los últimos 100 días, se han registrado 40 días de mala calidad del aire, considerando solo 17 de ellos, de buena calidad. El resto de días, la calidad del aire era «razonablemente buena».
Evita lugares concurridos y usa las mascarillas
Ante esto, se llama a seguir las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, más sobre todo en los grupos de riesgo (menores, mayores de 65 años y pacientes con patologías cardiorrespiratorias). Así, Sanidad recomienda extremar las precauciones recordando todo lo que aprendimos durante la pandemia: evitar lugar concurridos, higiene de manos, cubrirse la nariz o boca con un pañuelo o antebrazo al toser o estornudar, y usar la mascarilla siempre que tengamos síntomas compatibles con una infección respiratoria (aunque no sea COVID).
Esto quiere decir que nunca salgas de casa sin un paquete de pañuelos desechables para contener las secreciones o las gotitas respiratorias al estornudar o toser. Después de usar los pañuelos tíralos a la basura evitando reutilizarlos lo máximo posible para no contagiar las secreciones que se haya contenido en ellos; y lávate las manos con agua y jabón o con gel hidro alcohólico.