Durante las últimas semanas se han producido varios accidentes en la carretera M-406 a su paso por Leganés, concretamente por el barrio de Vereda de los Estudiantes, algunos de ellos con resultado de muerte de personas. Esta es una tónica de todos los años. De hecho, la Asociación de Vecinos Miguel Hernández lleva reclamando apaciguar el tráfico de esta vía más de cinco años.
Además, el paso peatonal, regulado por semáforo, de acceso al barrio y que conecta con el casco urbano de la ciudad a las más de 6.000 vecinas y vecinos (2023) de Vereda de los Estudiantes es un punto conflictivo e inseguro para la ciudadanía. Los vehículos no aminoran la marcha y los peatones tienen un tiempo muy reducido para cruzar la vía en sus dos sentidos.
Según la publicación Tráfico de la Comunidad de Madrid la Intensidad Media Diaria (IMD) (número de vehículos que transitan como media al día), en el tramo de la M-406 que comprende el semáforo y el resto del barrio es de 30.592. Una cifra que ha ido aumentando con el paso de los años. De hecho, es un 11,3% más respecto al año 2021 (27.474).
Por todo ello la Federación Local de Asociaciones Vecinales (FLAV) solicitará a la Directora General de Carreteras de la Comunidad de Madrid una reunión oficial. Allí se espera abordar, de una vez por todas, los problemas de dicha carretera y dar soluciones al respecto. Cabe recordar que el Ayuntamiento de Getafe también ha puesto el ojo en esta vía, siendo rechazada cualquier solución por la Asamblea de Madrid.
Una importante reunión de trabajo
A dicha reunión irá acompañada de los representantes de la Asociación Vecinal Miguel Hernández de Vereda de los Estudiantes (Leganés) y emplazan al alcalde, Miguel Ángel Recuenco (PP), a que nos acompañe para abordar, de un vez por todas, los problemas que acarrea dicha carretera.
Igualmente la FLAV exige al Ayuntamiento de Leganés de manera urgente que acometa el ensanche del paso del lado del Cebadero (semáforo) y que revise la seguridad en la zona del cruce que da acceso a este barrio en vehículo (C/ Rey Pastor). Una seguridad que, según el propio Recuenco aseguraba en el polémico enclave: «No hay nada que mejorar».