Numerosas investigaciones e iniciativas en Leganés evidencian el interés del municipio por la inteligencia artificial. Pero, ¿cómo se aplica esta tecnología en el ámbito educativo y cómo puede afectar a profesores y estudiantes?
“Estoy aprobando historia gracias a los resúmenes de ChatGPT”; “La IA para filosofía es muy útil”; “Yo utilizo ChatGPT para que me explique los procesos de biología que no entiendo”; “Todos mis trabajos de economía son de ChatGPT”; “Mi último examen de literatura lo saqué gracias a los resúmenes de la IA”. Los estudiantes de los institutos de Leganés y la Comunidad de Madrid lo tienen claro: la IA ha llegado para quedarse.
La inteligencia artificial ha revolucionado muchísimos sectores, incluida la educación. Resumir textos, resolver dudas concretas o elaborar trabajos son algunos de los usos que los alumnos dan a inteligencias artificiales generativas como ChatGPT.
Leganés, ciudad referente en Inteligencia Artificial
La ciudad también ha puesto el foco en la educación, y en cómo la IA puede revolucionar la vida de estudiantes y profesores. IMDEA Networks —instituto de investigación en redes de datos ubicado en el municipio— lo investiga a través de su proyecto GenAI4ED, que pretende explorar cómo las herramientas de inteligencia artificial generativa (como ChatGPT) pueden ser de gran utilidad para colegios e institutos. Este grupo de investigación, financiado por la Comisión Europea y liderado por Nikolaos Laoutaris, pretende conocer “los retos, las dificultades y sobre todo las oportunidades que existen en el ámbito de la educación en relación con las nuevas herramientas de IA”. Para ello, están desarrollando una plataforma digital que reúna distintos sistemas de IA y sea más cómodo para estudiantes, profesores y hasta padres elegir qué herramienta se adapta mejor a la tarea que quieren hacer.
Clúster de Inteligencia Artificial en Leganés. Foto: Comunidad de Madrid
Desde los institutos de Leganés también son conscientes de que la inteligencia artificial puede llegar a ser beneficiosa tanto para profesores como estudiantes. Tomás Alonso, director del IES Rafael Frühbeck de Burgos, asegura que en el centro están abiertos a usar la inteligencia artificial. De hecho, este profesor de tecnología con estudios en IA ha puesto en marcha un programa de formación en inteligencia artificial para los docentes del instituto. ¿El propósito? Descubrir juntos cómo implementar esta tecnología en la educación y estudiar cómo beneficiar a los alumnos “creando itinerarios más particulares, buscando un poco más la inclusión y haciendo una formación más personalizada”.
¿Qué papel ocupa la IA en la educación?
La IA ha demostrado ser el copiloto perfecto para la automatización de tareas mecánicas o rutinarias, pero ¿qué papel puede ocupar en la educación? Investigadores, docentes y alumnos están de acuerdo en que la IA va a suponer un antes y un después en este campo. Nikolaos Laoutaris, investigador principal de GenAI4ED, asegura en conversación con Leganés Activo: “Ahora mismo, la educación tiene limitaciones porque un profesor no puede atender de forma individual a cada alumno, ya que enseña a grupos de 15 o 25 estudiantes. Por eso, normalmente se adapta al nivel medio de la clase. Sin embargo, con la ayuda de herramientas de inteligencia artificial, los profesores podrían ofrecer una atención más personalizada, no al 100% como en una clase particular, pero sí mucho más adaptada a cada alumno. Esto permitiría ajustarse mejor a las necesidades y capacidades de cada estudiante, incluyendo aquellos con dificultades o necesidades especiales”.
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A pesar de que puede existir rechazo a la hora de incorporar la IA en el día a día de los alumnos, Tomás Alonso ha comprobado él mismo los beneficios que estas herramientas pueden aportar. Por ejemplo, en sus clases de hojas de cálculo o Excel, este profesor pide a sus estudiantes que inventen datos para luego crear tablas, gráficos u operar con ellos. Aunque generar esos datos no requiere mucho esfuerzo mental, puede llevar mucho tiempo si se necesita mucha información. Aquí es donde entra la IA, que es capaz de generar datos rápidamente (sin que esto perjudique al aprendizaje de los estudiantes). “Antes lo hacíamos a mano y los alumnos pasaban más tiempo inventando datos que practicando y aprendiendo a usar las fórmulas en la hoja de cálculo”, explica.
La experiencia de un instituto de Leganés con la IA
En el IES Rafael Frühbeck de Burgos también han comprobado la utilidad que tienen los algoritmos para los profesores. Docentes de todas las materias están poco a poco sirviéndose de la IA para mejorar sus clases y acercar el aprendizaje a sus alumnos. Crear situaciones de aprendizaje personalizadas o generar preguntas para cuestionarios en poco tiempo son algunas de las aplicaciones que están poniendo en práctica en este instituto.
Tanto investigadores como docentes tienen claro que el camino a seguir en la aplicación de la IA es aquel que beneficie a los estudiantes. Javad Dogani, ingeniero informático e investigador de GenAI4ED cree que la “atención individualizada que puede brindar la IA” es sin duda su aspecto más positivo. “La IA puede actuar como un tutor personalizado, respondiendo preguntas específicas de cada estudiante”, explica Dogani, que al mismo tiempo señala que “debe quedar claro que el objetivo no es reemplazar a los profesores, sino complementar su trabajo” y hacer más enriquecedora la experiencia de los estudiantes.
¿Va a sustituir la IA a los profesores? ¿Va a hacer que los alumnos se esfuercen menos?
Uno de los mayores miedos que rodean a los avances en IA es el miedo a la sustitución. Son muchos los puestos de trabajo que han visto sus funciones modificadas por la llegada de la inteligencia artificial. Lo que antes realizaba una persona en una hora, la IA puede hacerlo en segundos o minutos. La educación también se ha visto afectada por esta rapidez. Los alumnos no dudan en usar la IA generativa (como ChatGPT) para resolver dudas que antes solían preguntar a un profesor o para elaborar trabajos enteros en segundos.
El consejero Emilio Vicaina en el Instituto IMDEA. Foto: Comunidad de Madrid
En GenAI4ED saben que el rápido avance de la IA generativa suscita preocupaciones sobre su impacto en los estudiantes (por ejemplo, desinformación, aumento del fraude académico, cuestiones éticas y de privacidad) y en los profesores (reducción de la interacción social, desplazamiento laboral y pérdida de empleos). Estos investigadores recalcan que el propósito de su proyecto es “crear más valor para los estudiantes y los profesores”, pero en ningún caso sustituir a estos últimos, según explica Laoutaris.
“No lo veo como una cuestión de humano vs máquina, sino como una sinergia entre los dos”, señala el investigador.
Y en esta sinergia, investigadores y profesores están trabajando para educar a la sociedad sobre el uso consciente y responsable de la inteligencia artificial. Aunque la IA ha llegado para quedarse, docentes como Alonso no creen que vaya a reemplazar a los profesores. Él mismo explica, con entusiasmo, que “el trato personal y el acercamiento” que los docentes tienen con su alumnado “hace que un profesor no sea sustituible”. Para Alonso, la labor del profesorado va mucho más allá de transmitir conocimientos: implica acompañar, motivar y adaptarse a las necesidades de cada estudiante, algo que, al menos por ahora, ninguna inteligencia artificial puede replicar.
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«La inteligencia artificial está para usarla»
Por su parte, los alumnos son conscientes de que ahora lo tienen “mucho más fácil” con la IA. “A mí me facilita muchísimo. Los resúmenes de historia que tardaría una tarde entera en hacer, la IA me los hace en 2 minutos”, explica un estudiante de la Comunidad de Madrid. Desde Leganés también confiesan cómo algunos compañeros puede que estén usando “demasiado” estas herramientas, pero al mismo tiempo aseguran: “Creo que depende del uso que le des. La inteligencia artificial está para usarla y ha venido para quedarse. Si te puede resumir algo, es tiempo que ganas, no es perder la habilidad de resumir, es ahorrar esfuerzo para centrarte en estudiar, que al final lo vas a tener que hacer igual”.
Además, plantean que quizás el modelo educativo debería replantearse desde la base, ya que “en un mundo donde tienes toda la información a un click, memorizar pierde sentido”. Aseguran que no se trata de dejar de aprender, sino de cambiar la forma en la que se aprende, dando más importancia a entender y aplicar la información que simplemente recordarla.
La IA también tiene limitaciones y está sesgada
Instituto IMDEA Networks en Leganés. Foto: Anabel Cuevas
A pesar de todas las ventajas que ofrece la inteligencia artificial en educación, los investigadores advierten que no debemos olvidarnos de sus limitaciones. Laoutaris es consciente de que la llegada de estas herramientas provoca que muchas personas miren “el lado oscuro de las nuevas tecnologías”. Esto es algo que se repite a lo largo de la historia, pues “con cualquier nueva invención siempre hay personas pesimistas que miran el lado oscuro de estos avances”. Sin embargo, él tiene claro que quiere centrarse en “el lado bueno”, que nos hace preguntarnos “¿De qué manera nos pueden ayudar estas tecnologías?”.
Alumnos, profesores, y la sociedad en general debe ser consciente de que estas herramientas tienen sus limitaciones, y que en muchas ocasiones pueden estar sesgadas. Como explica Tomás Alonso, sobre todo entre los estudiantes, hay una predisposición a considerar que la IA es “infalible”.
El director de este instituto de Leganés quiere que tanto alumnos como profesores comprendan que la inteligencia artificial también puede cometer errores y que no debemos confiar ciegamente en ella. Alonso cuenta a este diario que sus estudiantes se dan cuenta de que la IA «no es perfecta» cuando la utilizan en clase. Por ejemplo, al pedirle a ChatGPT que genere 30 nombres, apellidos y direcciones diferentes, los alumnos observan que a veces repite algunos nombres o calles. “El objetivo es que, cuando obtienen un resultado que no encaja con lo que han pedido, entiendan que aunque la IA puede ayudarnos, siempre debemos revisar lo que nos da. No se trata solo de copiar, pegar y olvidarnos, sino de analizarlo”, explica el director: La idea es que pierdan esa confianza ciega en la IA y aprendan a usarla de manera crítica.
Enfoques inclusivos para salvar los sesgos ideológicos
Si bien la IA indudablemente ofrece grandes beneficios, aún no se puede hablar de algoritmos completamente imparciales. La idea de que pueden ser más objetivos que los humanos parte de la suposición errónea de que los datos y modelos en los que se basan están libres de sesgos. Pero en realidad, al ser creados y entrenados por personas, los algoritmos pueden reflejar –e incluso amplificar– prejuicios preexistentes (como pueden ser los de género).
Imagen generada por inteligencia artificial de un profesor dando clase a sus alumnos. Se le solicitó «un docente». Foto: Grok
Proyectos como el de IA+Igual, liderados por Marisa Cruzado, trabajan activamente para visibilizar y concienciar sobre la existencia de sesgos en la IA, además de recordar la importancia de poner “a la persona en el centro del algoritmo”. Al mismo tiempo, subrayan la necesidad de que los equipos que diseñan y desarrollan herramientas de IA sean multidisciplinares (así como los datos que se utilizan para entrenarla).
En ello coinciden los investigadores de GenAI4ED, que ven imprescindible que en su propio proyecto exista “un enfoque interdisciplinario que involucre a especialistas en inteligencia artificial, psicología y cuestiones éticas” (así como a padres y profesores) para juntos “desarrollar recomendaciones de políticas sobre cómo aprovechar al máximo los beneficios de las herramientas y mejorar la experiencia docente tanto para estudiantes como para educadores, protegiendo los empleos de los profesores, mejorando sus condiciones laborales y creando oportunidades para nuevos roles docentes”.
Apuesta de un uso ético de la inteligencia artificial en Leganés
Por eso, es clave que desde la educación se enseñe a los estudiantes a usar estas herramientas con un enfoque crítico, conscientes de que no todo lo que generan es correcto o neutro. Tal como señalan desde IA+Igual, si no se forman ciudadanos capaces de detectar y cuestionar estos sesgos, corremos el riesgo de reproducir, a través de la tecnología, las mismas discriminaciones que la sociedad intenta superar. Así, fomentar el pensamiento crítico frente a la IA debe ser una parte esencial del proceso educativo actual.
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@anabelcvs | Estudié Periodismo y Humanidades en la Universidad Carlos III de Madrid, y a día de hoy sigo sin saber qué me gusta más. Centrada en divulgación cultural y local.