La criminalidad en Leganés está cambiando de rostro. Los datos oficiales del Ministerio del Interior, correspondientes al primer semestre de 2025, muestran un escenario llamativo: mientras los delitos convencionales descienden un 4,6% respecto al año pasado, los ciberdelitos se disparan y se consolidan como la nueva gran preocupación en materia de seguridad.
Caen los delitos tradicionales
Entre enero y junio de 2025 se contabilizaron 3.794 delitos convencionales en la ciudad, frente a los 3.978 del mismo periodo de 2024. Una caída que se muestra en línea con toda la Comunidad de Madrid, tal y como ha asegurado el Delegado de Gobierno, Fran Martín Aguirre (PSOE) en rueda de prensa.
La bajada más destacada se observa en el tráfico de drogas, que ha pasado de 40 a 28 casos, lo que supone una reducción del 30%. También el bloque de “resto de criminalidad convencional” ha caído un 12,3%, situándose en 1.699 casos frente a los 1.937 del año anterior.
Estallan los delitos digitales
En paralelo, la otra cara de la estadística refleja un crecimiento preocupante. Los ciberdelitos siguen aumentando en Leganés y lo hacen a un ritmo vertiginoso:
- Las estafas informáticas han pasado de 668 a 715 casos en solo un año, lo que supone un incremento del 7%.
- El dato más alarmante lo dejan los otros ciberdelitos, que se han multiplicado por más de tres: de 42 en 2024 a 156 en 2025. El crecimiento es del 271%.
Este boom coloca al crimen digital como el gran desafío de la seguridad ciudadana en la ciudad. Estafas bancarias, suplantaciones de identidad, fraudes en compras online o ataques informáticos a particulares y empresas están detrás de unas cifras que no paran de crecer.
Un nuevo mapa de la delincuencia en Leganés
La estadística refleja un cambio en el mapa delictivo de Leganés. Aunque la ciudad registra menos delitos en la calle, la amenaza se traslada a la pantalla del ordenador o del móvil. Y este fenómeno no es exclusivo: se repite en otros municipios del sur de Madrid y en las grandes ciudades españolas.
Los expertos en seguridad advierten de que este tipo de delitos son más difíciles de perseguir, requieren una mayor especialización policial y, en muchos casos, dependen de colaboraciones internacionales. Mientras tanto, la ciudadanía se enfrenta a un entorno en el que el delito ya no siempre está en la esquina del barrio, sino en el correo electrónico o en una aplicación móvil.
El reto ahora para Leganés no es solo mantener a raya la criminalidad tradicional, sino reforzar la prevención y la protección digital para evitar que este crecimiento se convierta en una tendencia imparable.