El CD Leganés dejó escapar una victoria que parecía suya ante el Deportivo de La Coruña (2-2). Un arranque demoledor con goles de Miguel de la Fuente y Duk puso el partido cuesta abajo en Butarque, pero el Dépor no se rindió y encontró premio en el tramo final con un penalti señalado por el VAR y transformado por Yeremay.
Un inicio de ensueño para el Lega
Butarque apenas se había sentado cuando, a los 11 segundos, Miguel de la Fuente cazó un balón suelto en el área para poner el 1-0. El Lega mandaba y jugaba con confianza, mientras el Dépor trataba de asentarse.
La grada explotó de nuevo en el 25’. Una jugada de pizarra desde el córner acabó en gol: De la Fuente remató de cabeza, el portero rechazó y Duk, con insistencia, empujó el 2-0. El descanso llegó con un Leganés sólido y un Dépor superado.
Cuando solo atacas, te pillan atrás
Tras el descanso, el Lega buscó el tercero con insistencia, siempre mirando al área rival. Pero ese ímpetu dejó grietas atrás. El Dépor lo olió y en el 70’ recortó distancias. Butarque empezó a ponerse nervioso.
La ocasión más clara para sentenciar volvió a ser de De la Fuente, pero el delantero no acertó. Y cuando no cierras un partido… lo normal es que te lo empaten.
El VAR dictó sentencia
En el 83’, Marvel se cruzó con un delantero del Dépor dentro del área. El árbitro señaló penalti, confirmado por la Sala de Gol del VAR. La decisión encendió a Butarque y desató la furia en el banquillo. Paco López acabó amonestado por sus protestas.
Yeremay no perdonó desde los once metros y empató el partido con un disparo frío que silenció el estadio. De un 2-0 cómodo a un 2-2 amargo.
El arreón final que no bastó
Con seis minutos de añadido, el Lega se volcó en busca del gol de la victoria. Hubo ocasiones claras, sobre todo a balón parado, con la grada empujando al grito de “¡vamos Lega, dame un gol!”. Pero el balón no quiso entrar.
El pitido final dejó imágenes claras: aplausos de la afición al esfuerzo del equipo y una bronca monumental al árbitro.
Empate con sabor amargo
El Leganés demostró pegada y ambición ofensiva, pero volvió a dejar la sensación de equipo partido: brillante arriba, vulnerable atrás. Con el 2-0 a favor, no supo controlar ni cerrar el choque.
Resultado: dos puntos que vuelan de Butarque y una lección repetida: no todo es atacar, también hay que defender.