El colapso de la sanidad pública en Madrid vuelve a quedar al descubierto este invierno, y no por sorpresa: sindicatos y profesionales llevaban meses advirtiéndolo. El Plan de Invierno del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso (PP), anunciado como solución a la saturación estacional por gripe y enfermedades respiratorias, ha llegado tarde otra vez, mal dotado y sin recursos humanos suficientes, repitiendo exactamente el mismo escenario del año pasado.
Las consecuencias ya se están viendo en los grandes hospitales de referencia de la región, como La Paz. Este miércoles, el servicio de Urgencias amaneció con 128 pacientes ingresados cuando solo existen 116 camas disponibles. A esto se suma una situación todavía más alarmante: 74 pacientes esperaban cama en planta mientras toda la urgencia era atendida por solo 16 enfermeras por turno. Condiciones absolutamente insuficientes para garantizar seguridad clínica y cuidados adecuados.
No hay falta de médicos, hay falta de contrataciones
Desde los sindicatos sanitarios desmienten la versión oficial de la Comunidad, que justifica la falta de contratación por la supuesta “escasez de facultativos y enfermeras”. La respuesta del personal sanitario es clara: profesionales hay, lo que faltan son ofertas laborales atractivas. Contratos cortos, sueldos por debajo de otras comunidades y jornadas maratonianas están expulsando talento hacia otras regiones donde sí se cuida el empleo sanitario.
La prueba es demoledora: desde SATSE Madrid recuerdan que se necesitan al menos 2.000 enfermeras más en todo el Sermas para garantizar condiciones mínimas, pero la Consejería solo ha autorizado 760 contratos temporales hasta finales de enero, una cifra irrisoria y además de difícil cobertura porque la bolsa de empleo está literalmente vacía. El año pasado ocurrió exactamente lo mismo: muchos hospitales no lograron cubrir ni siquiera los contratos ofertados, aunque la Consejería se niega a facilitar datos oficiales sobre el grado real de cobertura.
Urgencias desbordadas sin refuerzos
La situación se repite en otros centros: Urgencias desbordadas, refuerzos inexistentes y pacientes atendidos en pasillos, sillones o incluso sillas durante más de 24 horas. Según denuncian desde CSIT, las salas duplican o triplican su capacidad teórica: espacios diseñados para 30 pacientes acogen hasta 64; áreas de 12 camas llegan a soportar 28.
Todo esto sucede pese a que los sindicatos pidieron hace dos semanas activar el Plan de Invierno, que debería planificarse mucho antes del pico de gripe. La Consejería presume de adelantarse, pero la realidad es otra: solo se han incorporado cinco enfermeras de refuerzo, sin ampliación de TCAEs, médicos, técnicos ni celadores, y sin derivaciones efectivas a otros centros para aliviar el “embudo asistencial”.
El colapso crónico de las urgencias de Madrid
Lo que falla no es la gripe. Lo que falla es la previsión política. Año tras año la situación se repite y el colapso se cronifica. Ayuso vuelve a mirar hacia otro lado mientras los hospitales se saturan y los profesionales se queman. Para pacientes de municipios como Leganés, la consecuencia es clara: listas de espera más largas, atención peor y un sistema sanitario al borde del colapso cada invierno.




