La última etapa de La Vuelta 2025 no llegó a rodar hasta meta. Miles de manifestantes ocuparon el recorrido en pleno centro de Madrid con banderas palestinas y pañuelos al cuello. Una marea ciudadana que obligó a frenar la gran final ciclista y que mostró el pulso de la calle en contra del genocidio de Palestina y de quienes no quieren verlo.
Recuenco (PP), contra las protestas
El alcalde de Leganés, Miguel Ángel Recuenco (PP), que en el Pleno municipal ya evitó llamar “genocidio” a la ofensiva israelí, salió rápido a criticar lo ocurrido a través de las redes sociales. Tildó la protesta de “incomprensible” y a sus participantes de “violentos de izquierdas” por invadir el circuito, a pesar de ser protestas pacíficas en su mayoría con sentadas y cordones humanos.
Además, aprovechó para cargar contra Pedro Sánchez (PSOE), acusándole de ser un “pirómano al frente del Gobierno” por mostrar apoyo a este tipo de movilizaciones.
La izquierda local responde
Desde Más Madrid y Podemos-IU-AV, los portavoces Carlos Poblete y Alba Pulido no dudaron en defender la protesta. “Hoy la ciudadanía hemos mostrado nuestro apoyo al pueblo palestino”, señaló Pulido. Poblete fue más directo: “Si pensaban que Madrid iba a ceder, es que no nos conocen. Se acabó el blanqueamiento al Estado genocida de Israel”.
Protesta masiva y pacífica
La imagen de las sentadas en pleno recorrido de La Vuelta ha sido portada en periódicos de todo el mundo con opiniones también divididas. Aplaudida por políticos europeos, como el francés Dominique de Villepin; también ha sido criticada por haber paralizado una de las grandes pruebas del ciclismo.
El delegado del Gobierno en Madrid, Fran Martín, remarcó que la movilización fue mayoritariamente pacífica, ya que congregó a más de 100.000 personas y terminó con solo 2 detenidos en cargas puntuales. Además, pidió a Isabel Díaz Ayuso (PP) y José Luis Martínez-Almeida (PP) reflexionar y ponerse «del lado de la justicia, la paz y la solidaridad”.
¿De qué lado está la política?
Más allá del ciclismo, lo que dejó la jornada fue un pulso claro: ciudadanía en la calle frente a instituciones que se dividen entre criminalizar o respaldar. La protesta propalestina no solo frenó una carrera, también volvió a poner sobre la mesa una pregunta incómoda que resuena en la calle desde 2023: ¿con quién se alinean nuestros representantes?