El miércoles 1 de octubre se celebró la Junta de Distrito de Zarzaquemada, El Carrascal y Leganés Norte. Una sesión que debía ser el principal foro de participación vecinal de estos barrios y que, sin embargo, terminó convertida en lo que los propios asistentes han calificado como “un circo”.
La polémica por el minuto de silencio
La sesión comenzó con un incidente inesperado. Carlos Delgado (ULEG), primer teniente de alcalde y presidente de la Junta, llamó al orden a un vecino que trató de apostillar el minuto de silencio con el que arrancaba la reunión.
“No tiene la palabra, esto es una sesión y los vecinos no pueden intervenir hasta el final”, zanjó Delgado. Un arranque que sorprendió en un espacio que, precisamente, está concebido para dar voz a la ciudadanía.
Una hora y media de cruce de acusaciones
El objetivo de las juntas de distrito es fomentar la participación de los vecinos en los asuntos de su barrio. Sin embargo, durante la sesión celebrada en Zarzaquemada, la primera hora y media quedó completamente desvirtuada.
En lugar de atender las cuestiones vecinales, los grupos políticos presentes protagonizaron un cruce de reproches y acusaciones que convirtió la reunión en un pleno paralelo.
Críticas vecinales: “Ha sido un circo”
Desde la Asociación de Vecinos de Zarzaquemada, una de las más activas del distrito, no han tardado en expresar su malestar: “Ha sido un circo”, denunciaron tras la reunión.
«Es vergonzoso. Los vecinos vienen aquí a participar y esta es la herramienta que tenemos la ciudadanía en nuestros barrios para dirigirnos al Ayuntamiento. El fin de esta herramienta es la escucha activa«, sentenciaba. «Los vecinos y las vecinas no se merecen ese desprecio, en ningún caso», añadía.
Además, la asociación vecinal criticaba que este tipo de situaciones hace que las sesiones no sean eficaces. «Para estas convocatorias, que no se convoquen«, denuncian.
Los vecinos, en segundo plano
De las casi tres horas que duró la Junta, buena parte se centró en el rifirrafe político, dejando el turno de palabra a los vecinos para el tramo final, con prisas y con un gran número de apostillamientos a los vecinos. Una situación que generó frustración entre quienes esperaban poder plantear sus inquietudes de forma directa desde el inicio.




