El nuevo plan concesional de líneas de autobús diseñado por la Comunidad de Madrid, actualmente a un paso de cerrar su fase definitiva, ha provocado el enfado de los sindicatos y las asociaciones vecinales.
En un encuentro organizado por la Federación Local de Asociaciones de Vecinos, Eduardo Gil, del Sindicato de la empresa Martín, cargó con dureza contra el plan, tildándolo de un «cambalache que no deja bien estructurada la calidad del servicio». La crítica es total: el nuevo diseño no solo afecta a los usuarios, sino que pone en riesgo los derechos laborales.
«Ese mapa no responde ni a las necesidades de los barrios ni a la calidad de los trabajadores,» afirmó Gil. «Los nuevos pliegos son un error mayúsculo. Abren la puerta a que empresas adjudicatarias se descuelguen de los convenios.»
El sindicato no ha dudado en elevar la amenaza ante la falta de diálogo: «Es una cuestión de justicia, dignidad y derechos. Si hay que parar Madrid, lo haremos.»
Impacto en Leganés: Más coste, menos líneas y silencio de la Comunidad
La Comunidad de Madrid ha finalizado el diseño del nuevo mapa a pesar de haber ignorado gran parte de las alegaciones presentadas por ayuntamientos y asociaciones vecinales, incluido el de Leganés.
Según el sindicato, el resultado para el municipio es una «reducción clara» de servicio, basada en una reorganización que fractura el sistema: «Rompen el mapa concesional en varias partes.»
Líneas que desaparecen y cambian
- Desaparece la línea 488, una conexión clave.
- Se suprime la línea 486, a pesar de las peticiones explícitas del Ayuntamiento para su mantenimiento.
- La 483 se mantendrá, pero será reestructurada.
- La 481 cambia su cabecera a Plaza Elíptica y tendrá que asumir nuevos tramos, como la entrada al Polígono Leganés Tecnológico en hora punta y el recorrido por Leganés Norte antes de Zarzaquemada.
- Líneas como la 491 y 492 eliminan tramos que antes coincidían, supuestamente para «simplificar», pero con la crítica de fondo de que merman la cobertura.
El ‘parche’ de las nuevas líneas urbanas
En medio de este reajuste, la Comunidad de Madrid concedió al Ayuntamiento de Leganés, la creación de dos nuevas líneas urbanas (L2 y L3) solicitadas desde hace años, que se sumarían a la L1 ya financiada, con el objetivo de reforzar la movilidad en los barrios.
Sin embargo, el plan de la Comunidad las deja condicionadas: la viabilidad de estas nuevas líneas dependerá de que el Consistorio asuma más de la mitad de su coste con fondos municipales, cubriéndose el resto con billetes y una ayuda parcial del Estado. Esto implica que la mejora del servicio queda a expensas de un esfuerzo económico extra del presupuesto local.
A pesar del esfuerzo municipal y de las alegaciones presentadas, la postura final de la Comunidad de Madrid ha sido la de no aceptar «ninguna» de las propuestas, lo que ha encendido la mecha de la protesta sindical y vecinal. El sindicato Martín exige que «el mapa debe rehacerse».