DespuĆ©s del comunicado en el que se solicitaba concordia, firmado por el propio portavoz, Fran MuƱoz, mĆ”s de un centenar de afiliados han emitido una respuesta exigiendo la dimisión de los concejales elegidos en 2015: Fran MuƱoz, Eva MartĆnez, RocĆo Cruz y Mercedes CondĆ©s. Solicitan asĆ una renovación de sus representantes debido a la situación.
Ā«El primer artĆculo del Código Ćtico de LEGANEMOS dice asĆ: āDefender la aplicación de laĀ Declaración Universal de los Derechos Humanos en los Ć”mbitos social, polĆtico e institucional deĀ nuestra sociedad, avanzando hacia la resolución prĆ”ctica de los conflictos y en contra de todo tipoĀ de violencia.ā Por ello, despuĆ©s de poco mĆ”s de un aƱo en las instituciones, el incumplimiento deĀ este artĆculo es evidente y la situación en la que se halla el grupo municipal de LEGANEMOSĀ resulta alarmante y triste.
Durante los Ćŗltimos meses la convivencia en el grupo municipal, y como reacción, en laĀ coordinadora y en la asamblea, ha ido degradĆ”ndose hasta hacer insostenible la situación eĀ imposible el trabajo colectivo que se exige a las personas que lo componen. Las causas de estaĀ situación se llevan denunciando en los diferentes espacios de LEGANEMOS desde la asamblea delĀ 1 junio, dĆa de la dimisión de Javier Blanco de su cargo de concejal: las actitudes violentas delĀ portavoz del grupo, Fran MuƱoz, con la complicidad de una de las concejalas, Eva MartĆnez.
Recientemente LEGANEMOS ha sufrido la dimisión de un concejal (Javier Blanco), de unaĀ auxiliar (Susana Alvarado) y la baja mĆ©dica de una concejala (RocĆo Cruz) a causa del clima que seĀ vive en el grupo municipal. Asimismo, se han dado numerosas dimisiones en la coordinadora y laĀ baja de muchas de las personas inscritas. En las cartas de dimisión presentadas y en lasĀ intervenciones de las Ćŗltimas asambleas cinco de los ocho miembros del grupo municipal dejaronĀ claro que eran vĆctimas de hostigamiento, intimidación y faltas de respeto constantes por parte delĀ portavoz del grupo: insultos, agresiones verbales, mofas, etc.
Esta situación tiene graves consecuencias para la salud fĆsica y mental de las personas que loĀ sufren, y supone una grave vulneración no sólo de nuestro código Ć©tico, sino tambiĆ©n de losĀ derechos humanos y de las normas morales mĆ”s bĆ”sicas, que velan por el respeto a la dignidad deĀ toda persona. Pero ademĆ”s tiene una importante consecuencia para la polĆtica de nuestra ciudad, yaĀ que imposibilita trabajar adecuadamente y sacar adelante las medidas que los votantes deĀ Leganemos confiaban que este grupo pusiera en marcha.
La situación se ve agravada en la medida en que una creciente falta de transparencia en laĀ organización dificulta la denuncia. Los vĆdeos de las Ćŗltimas asambleas, donde se pueden escucharĀ los testimonios que aquĆ se refieren, no son pĆŗblicos, a pesar de que se ha solicitado por escrito suĀ publicación. Asimismo, las actas de las reuniones de la coordinadora tampoco son pĆŗblicas y elĀ funcionamiento de grupo municipal resulta un misterio para la mayorĆa de los inscritos e inscritasĀ de Leganemos. No se comprende que Leganemos exija la grabación y actas de reunionesĀ con otras fuerzas polĆticas para hacerlas pĆŗblicas (transparencia) y nuestros debates, con susĀ grabaciones y actas, no puedan ser conocidos por la ciudadanĆa.
Esto se suma a una grave carencia de funcionamiento democrĆ”tico que se caracteriza por el usoĀ instrumental de los diferentes documentos del partido para frenar las medidas orientadas aĀ solucionar el problema y para proteger a un presunto acosador (por ejemplo, la dilatación a la horaĀ de constituir una comisión de garantĆas en la que puedan ser expuestos los hechos y pruebas yĀ depurar las responsabilidades a las que hubiere lugar, posteriormente la banalización de lasĀ acusaciones lanzando otras tantas peticiones de apertura de expediente que saturen una hipotĆ©ticaĀ comisión y finalmente aprobar un documento que no pasó por la asamblea en el que se obliga a losĀ concejales a no hablar de lo que ha pasado en el Ćŗltimo aƱo en Leganemos bajo la amenaza deĀ una penalización).
En algunas asambleas se nos ha acusado a quienes hemos puesto este problema encima de la mesaĀ de traer temas personales a un espacio polĆtico o de ser excesivamente emocionales en un entornoĀ en el que eso no toca. Sin embargo, esto no es sólo un problema personal, es un problema polĆtico, yĀ lo es por varios motivos: en primer lugar, el cuidado de las personas, el respeto, las relaciones sanasĀ dentro de cualquier organización forman parte de la agenda polĆtica.
En segundo lugar, no podemosĀ exigir una nueva polĆtica que sea mĆ”s sensible, mĆ”s cercana y mĆ”s feminista si, a la vez, permitimosĀ que las actitudes violentas, ofensivas y dominantes campen a sus anchas en nuestros órganosĀ internos: ejemplo de ello son las declaraciones pĆŗblicas de Fran MuƱoz achacando la dimisión deĀ Javier Blanco a un carĆ”cter demasiado dĆ©bil, lo que no es sólo una culpabilización de la vĆctima,Ā sino una deleznable defensa de la tradición polĆtica mĆ”s rancia y agresiva contra la cual nosĀ posicionamos radicalmente. En tercer lugar, permitir este tipo de actitudes en el interior, peroĀ pretender defender los derechos de las mĆ”s vulnerables de la sociedad, pretender que nuestroĀ objetivo es luchar contra la violencia que el sistema ejerce contra las personas sin recursos no esĀ mĆ”s que una muestra de cinismo e hipocresĆa que no se deberĆa tolerar.
En todo caso de acoso existe un elemento fundamental que es el silencio cómplice de los queĀ contemplan lo que ocurre, pero no lo cuentan. Hemos sido, en mayor o menor medida, culpables deĀ esa complicidad, hemos dado cobijo a personas violentas ante las que deberĆamos habernosĀ plantado. En este momento decimos basta: basta de violencia, basta de maltrato, basta de dar cobijoĀ a quien no nos representa, sino que nos avergüenza cada dĆa con su forma de actuar. Reiteramos queĀ la organización es conocedora de esta situación que ya se describió en la pasada Asamblea del 1 deĀ junio y que ya se deberĆan haber adoptado las medidas necesarias para solventar esta situación.
Decimos que basta ya de esta dinĆ”mica y reconocemos que el clima de hostilidad del grupo Ā municipal hace imposible que se lleve a cabo un trabajo sano, positivo y Ćŗtil para la ciudadanĆa deĀ LeganĆ©s. Por ello, por el bien de nuestras compaƱeras y compaƱeros, pero tambiĆ©n porqueĀ queremos ser representantes decentes de quienes nos votaron y de todos los vecinos y vecinas de laĀ ciudad, exigimos el fin de esta situación de hostigamiento; creemos que el camino mĆ”s eficaz haciaĀ ese objetivo, considerando las acusaciones de Fran MuƱoz de que todo esto se trata de una Ā«luchaĀ por el poderĀ», es recoger la propuesta que lanzó RocĆo Cruz en respuesta a esta acusación: en la queĀ da un paso adelante poniendo por delante los intereses de la organización a los intereses personales,Ā con la propuesta de la dimisión de los cuatro concejales restantes que fueron elegidos en mayoĀ (Fran MuƱoz, RocĆo Cruz, Mercedes CondĆ©s y Eva MartĆnez) para poder conformar un nuevo grupoĀ municipal que trabaje desde el respeto mutuo y el cuidado y pueda llevar a cabo las polĆticas queĀ LeganĆ©s se merece.
Creamos Leganemos para contribuir a cambiar la realidad local, para acabar con viejasĀ polĆticas, para dar voz a las ciudadanas y ciudadanos, por otra forma de hacer polĆtica, porqueĀ creemos tener un discurso polĆtico, un proyecto de ciudad, porque nuestras prioridades pasan por lasĀ polĆticas sociales, de participación y transformación… y en todo ello seguimos empeƱados.Ā»
Entre los firmantes se encuentran los concejales, Beatriz Alonso (IU LeganĆ©s y CCOO), RocĆo Cruz (Podemos LeganĆ©s), JosĆ© Manuel BarbĆ© (Podemos LeganĆ©s), Mercedes CondĆ©s (Podemos LeganĆ©s) y el ex concejal Javier Blanco (Podemos LeganĆ©s).