Después de años al frente de una de las clases de ingeniería más complicadas, el profesor Carlos Santiuste ha desarrollado un método de docencia con el que ha logrado duplicar el número de alumnos que comprende y aprueba su asignatura; y por el que se han interesado diversos centros educativos de toda España.
P. ¿Cuál es su área de enseñanza?
Carlos Santiuste: Soy profesor titular del Departamento de Mecánica de Medios Continuos y Teoría de Estructuras e imparto la asignatura de Mecánica de Estructuras. Es una de las más complicadas de la carrera porque es básica, donde se estudian todos los componentes teóricos y matemáticos que les servirán después.
P. En esta asignatura ha diseñado un nuevo método de enseñanza que ha reducido el número de suspensos altamente, ¿en qué consiste?
C.S.: Se basa en dos técnicas que no me he inventado yo, sino que se aplican ya desde hace varios años, sobre todo, en institutos de Estados Unidos: una es la inverted classroom o aula invertida, y la otra el blended learning, que se basa en el aprendizaje a través de material online. Partiendo de ellas he realizado mi método.
Por un lado, he realizado pequeños vídeos de 5 minutos de duración en los que explico la parte teórica de la asignatura. Estos son colgados en internet y los alumnos pueden disponer de ellos antes de la clase, de manera que cuando llegan al aula sé que no parten desde cero. Y además pueden verlos tantas veces crean necesario, para afianzar todos los detalles.
Por el otro, utilizo la otra hora de la asignatura para hacer la parte práctica. Divido a los alumnos en grupos de 5 y cada grupo debe resolver un problema en común, así, cada uno tiene el apoyo del resto de sus compañeros y del profesor. Ya no es como antes que los ejercicios los haces en casa y si requieres la ayuda del profesor debes esperar, como mínimo, un día o un hueco para una tutoría.
Una vez resueltos los ejercicios, los alumnos exponen sus resultados ante la clase y responden a las preguntas de los profesores. El resto de compañeros debe atender bien porque uno de esos ejercicios o muy similar puede caer en el examen. Esta es una forma también de hacer efectiva esta evaluación continua y no con exámenes parciales que siguen siendo una evaluación discontinua.
P. ¿Cómo han acogido los alumnos este nuevo método?
C.S.: Hay diversidad de opiniones (risa). Al principio les cuesta porque les haces trabajar y salen de su zona de confort. En esta universidad los alumnos son los mejores (la nota de corte es de 11) atendiendo al profesor, estudiando y haciendo exámenes, porque es lo que llevan 20 años haciendo, pero esto es nuevo.
Sin embargo, hay muchos alumnos que están repitiendo y te felicitan porque hasta ahora no habían comprendido nada y con este método sí. Ha resultado eficaz, antes suspendía un 70% de los alumnos y el año pasado, con este método, sólo un 40%.
P. Dentro de la dificultad de las ingenierías, son pocos los profesores que se preocupan por hacerlas más fáciles…
C.S.: Sí que es intrínsecamente más difícil. Yo además de ingeniero soy licenciado en Filosofía y nunca me he planteado suspender un examen de Filosofía porque si estudiabas aprobabas, pero en Ingeniería no, depende también de cómo estés ese día.
Otra cosa es que los profesores no quieran hacerlo más fácil y eso en parte es por el sistema. La universidad está pensada para fomentar la labor de investigación de los profesores. Te dan muchas facilidades. Y dan por hecho de que si eres buen científico sabrás transmitírselo a tus alumnos. No fomentan la innovación en las aulas. El sistema está hecho para la comodidad del profesor y no para el aprendizaje del alumno. Pero cuando suspenden el 70% de una clase formada por los mejores alumnos, es que algo debemos cambiar.
P. También perteneces al Colectivo Amagi…
C.S.: Amagi es un colectivo que surgió a raíz del 15-M. Somos personas relacionadas con el mundo de la educación, en su mayoría docentes, que ponemos en común nuestras experiencias e intentamos, ya que no se innova a través de las instituciones, mejorar las técnicas educativas. La educación está pensada desde arriba, se centra en la forma de enseñar y no tanto en la de aprender. Queremos darle la vuelta.
Nos organizamos por curso académico. Buscamos un tema que queremos investigar y traemos a expertos a que nos den una charla de formación. Estas charlas son sesiones públicas abiertas a quienes quieran asistir. En las sesiones posteriores hablamos de técnicas que podemos implantar en el aula, de casos de éxito y de cómo nos ha ido a nosotros con cada una de las técnicas. Hemos investigado la educación emocional, el sistema de asambleas en el aula, la resolución de conflictos… De aquí surgió mi sistema.
P. En los últimos años han surgido muchos colectivos en defensa de la educación pública en Leganés como Amagi, ¿tan mal está la situación?
C.S.: Lo que me llama la atención es que me lo preguntes a mi. Es decir, tenemos unos responsables en educación en Leganés, ¿qué están haciendo? Si de verdad quieren cambiar y mejorar la educación deberían hacer primero un análisis sobre cuál es la situación y luego cómo abordarla.
P. Hay un Observatorio de la Educación…
C.S.: Yo no participo personalmente en las reuniones pero sí soy del Proyecto del Defensor del Menor que está presente en el observatorio. Allí piden los datos a la asociación y a partir de ahí analizan. Ni siquiera buscan los datos. Si ellos fueran quienes piden esta información a los centros sería una señal de que realmente van a hacer algo con ellos.
P. El Proyecto del Defensor del Menor, Amagi y otras asociaciones estarán juntas en ‘La casa de la Educación’ de Leganés, ¿qué es exactamente este proyecto?
C.S.: Es un punto de encuentro. Hasta ahora todas las asociaciones trabajábamos paralelamente pero en muchos aspectos somos complementarios, por eso muchos estamos en varias asociaciones, como es mi caso. Esta es una forma de tener un sitio en el que trabajar juntos, en el que comunicarnos nuestras actividades e invitarnos a participar, no sólo a nosotros sino también a la ciudadanía. El estar juntos nos ayudará no sólo para compartir ideas y actividades sino también para aumentar la difusión de todas las actividades. Además es un sitio físico donde poder tener material, biblioteca… y las reuniones (risas).
La metodología utilizada estaría bien si los profesores no pasasen olimpicamente de la resolución de dudas de los alumnos en los grupos de practicas. En el caso particular de Carlos me parece adecuado, pero algunos de los profesores se nota que ni creen, ni tienen ganas de implantar esta metodología. Este año se ha usado este metodo en otra asignatura, y ha sido vergonzoso, ya que llegabamos a los examenes sin saber como se debian resolver los problemas, ya que cada uno lo hacia como le daba la gana. Una pena que nos hayan obligado a muchos a ir a la academia, que eso si que sube el porcentaje de aprobados, y lo dice uno de sus estudiantes.
Hay que valorar el método de Carlos para explicar uuna asignatura difícil como parte de su compromiso con la escuela pública. Con él los alumnos pueden comprender mejor conceptos y problemas difíciles. La renovación debe llegar desde la Infantil hasta la Universidad.