Sara ha abandonado su casa esta mañana en medio de un fuerte dispositivo policial con más de 30 efectivos. El inspector del IVIMA y la jueza se han negado a seguir el dictado de la ONU.
Sara y sus dos hijos se han visto en la calle esta mañana después de la ejecución de su orden de desahucio. Frente a un fuerte dispositivo policial que se desplegaba a las puertas de su casa desde las 5 de la mañana, Sara ha tenido que abandonar su vivienda de la Avenida Bélgica.
Desde primera hora de la mañana cerca de una treintena de efectivos de la Unidad de Intervención Policial (UIP) cercaban la vivienda de Sara y sus dos hijos en Leganés. La Policía impedía el paso a todos los que intentaban atravesar las vallas que habían colocado pidiendo el DNI a los vecinos que querían acceder a sus casas.
«No hay derecho, es una mujer que te ayuda en todo lo que puede y no da ningún problema. ¡Y la quieren echar! ¿Para qué tanta policía para una mujer de 29 años con sus dos hijos? No es ninguna terrorista», aseguraba una vecina de la joven familia.
Un agónico desahucio
Minutos antes de las 10 de la mañana acudía la Comisión Judicial en la que estaba presente el Inspector del AVS (antigua IVIMA) para la zona sur. Se da la circunstancia de que el piso de Sara es propiedad de la entidad pública AVS, a la cual ha solicitado una vivienda social desde hace cuatro años. A su llegada, efectivos de la Policía Nacional quisieron echar la puerta abajo algo que la PAH, tras una breve negociación evitó.
«La Policía ha entrado. Ella está muy afectada y la han dado tan solo una hora para recoger sus cosas», aseguraba José Ignacio, miembro de la PAH Leganés presente en la vivienda en el momento en el que se hacía efectivo el lanzamiento. Durante las negociaciones se ha llegado a amenazar a Sara con llamar a Servicios Sociales para la custodia de sus dos hijos: «el pequeño de año y medio está con una vecina y el mayor de 8 años tuvo que irse anoche con un ataque de ansiedad porque le iban a quitar sus cosas».
Un «circo» para IVIMA
Minutos después Sara abandonaba su vivienda con lo puesto, entre lágrimas y con una fuerte ovación de ánimo de las decenas de personas que habían acudido a apoyarla. «Ellos son los únicos que me pueden ayudar y me han echado. Encima el hombre del IVIMA riéndose en mi cara diciendo que ya me buscaré otra cosa», aseguraba aún dentro del cerco policial. «No sé qué voy a
Desde hacía unas semanas la PAH y la afectada sabían que este desahucio no iba a poder ser parado debido a la opinión de la jueza: «está muy cabreada y no lo va a parar», aseguraba Felicitas, miembro de la PAH Leganés. Y así lo confirmaba una hora más tarde el propio técnico de IVIMA cuando espetaba a miembros de la PAH que «esto se ha hecho porque montasteis el circo el otro día», en referencia al dispositivo de Stop Desahucios del segundo intento de desahucios.
Por ahora, Sara no tiene ningún sitio al que ir aunque el Ayuntamiento de Leganés desde Servicios Sociales está gestionando la posible entrega de una vivienda con un alquiler social, tal y como explicaba el concejal Fran Muñoz, presente en el proceso de desahucio. «Tengo 3 trabajos pero a 4,80€ la hora no tengo los 1.600€ de ingresos para un alquiler de 500€. Cobro 900€ en total».
Dejar de ser tan mediáticos. Si alguien deja de pagar el alquiler debe salir de la vivienda. Con o sin hijos.
Creo que no ha entendido bien la noticia. En este caso no se dejó de pagar en ningún momento. Un saludo.