La Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) participa en un proyecto de investigación junto al Hospital General Universitario Gregorio Marañón (HGUGM), el Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos y la empresa coordinadora, Sedecal Molecular Imaging (SMI), para el desarrollo de un nuevo sistema radiológico de alta precisión de afectación pulmonar por coronavirus.
La radiología constituye un elemento clave en el manejo del paciente que padece COVID-19 porque permite tomar decisiones en procesos como el ingreso hospitalario, el tipo de tratamiento o el traslado a UCI. Las radiografías planas que se suelen utilizar en la actualidad resultan poco sensibles e infravaloran el alcance de las lesiones pulmonares si se comparan los resultados con los obtenidos por un TAC (tomografía axial computarizada). Sin embargo, resulta inviable poder realizar esta prueba a todos los pacientes con sospecha de COVID-19 por motivos de disponibilidad de equipos y de logística.
Lo que estos investigadores tratan de conseguir en el marco de este proyecto es combinar la Inteligencia Artificial (IA) y la tomosíntesis (con dosis bajas de rayos X) para desarrollar un dispositivo de bajo coste que podría aumentar sustancialmente la precisión diagnóstica radiológica, con niveles comparables a los que se consigue mediante un TAC. Además, este sistema ofrecería mucha mayor disponibilidad y sería más versátil, dado que se podría instalar incluso en vehículos o en carpas portátiles de triaje.
“La incorporación de algoritmos de IA puede contribuir a facilitar el diagnóstico, acelerando el análisis de las imágenes y reduciendo las dosis de radiación recibida por el paciente”, explica el investigador responsable del proyecto, Manuel Desco, investigador del Departamento de Bioingeniería e Ingeniería Aeroespacial de la UC3M y del Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón del HGUGM.
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El objetivo general de esta iniciativa es conseguir adaptar desarrollos tecnológicos que ya están en curso para cubrir las necesidades específicas de imagen radiológica demandadas por la epidemia de COVID-19. El proyecto tiene una duración estimada 6 meses, al término de los cuales se pretende disponer de un nuevo sistema de radiología completamente funcional, capaz de realizar estudios “cuasi-tomográficos” de rayos X.
Este sistema tiene múltiples ventajas respecto a las técnicas empleadas en la actualidad. En primer lugar, permite aumentar la precisión diagnóstica radiológica, lo que resulta crítico para el manejo clínico del paciente. En segundo lugar, aumenta la disponibilidad de medios diagnósticos a un coste asumible. En tercer lugar, facilita la caracterización epidemiológica del brote, detectando mejor la existencia de afectación pulmonar. En cuarto lugar, simplifica el trabajo al radiólogo. Y por último, garantiza la optimización de la dosis administrada al paciente.