El colectivo anticipa denuncias contra a quienes han permitido que los trabajadores afronten su jornada con EPIs no homologados. También denuncian que se les ha negado cambiarse de mascarillas cada cuatro horas, como establecen las recomendaciones.
Trabajadores del Hospital Severo Ochoa de Leganés han cargado nuevamente contra la gestión de la pandemia de coronavirus en el centro. Después de una primera oleada de contagios que colapsó sus dependencias en los meses de marzo y abril, la ‘Plataforma Severo’ sigue denunciando malas praxis que en la actualidad se habrían traducido en más de 50 bajas laborales en la plantilla y anuncia medidas legales.
Esta merma en los efectivos aseguran que se ha debido tanto a nuevas infecciones de COVID-19 como a aislamientos por haber tenido contactos directos con estos casos. Además, otro punto de su denuncia se encuentra en el impedimento de guardar cuarentenas al que se han visto sometidos muchos trabajadores aun habiendo tenido esta misma relación con los positivos. En algunos de estos casos, según relatan, se habrían comprobado nuevas transmisiones al obtener los resultados de los tests. El motivo que achacan en su comunicado es la «falta de personal» que estaría propiciando «solicitar doblajes» de turnos entre los sanitarios que quedan disponibles.
Por otro lado, estas arduas jornadas laborales en primera línea ante la pandemia deben realizarse con una única mascarilla por día. Señalan al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales como impulsor de la orden, a pesar de que desde el Ministerio de Sanidad el consejo preventivo es bien distinto: cambios cada cuatro horas. Su eficacia de protección queda minimizada en cuanto se empapan a consecuencia del vaho de la respiración y el sudor, más proclives a aumentarse con las capas de protección añadidas sobre el cuerpo en pleno verano.
EPIs improvisados
Sobre los EPIs tampoco hay buenas palabras. La plataforma demanda Equipos de Protección Individual homologados para cesar la improvisación con los materiales disponibles. Hasta hace unos días, indican que han tenido que utilizar «un popurrí de buzos no homologados con batas impermeables, sin gorros de plástico ni protección impermeable de la cabeza». Ante este escenario, preguntan a sus superiores: «¿Son conscientes de que supuestamente están cometiendo un delito contra la salud de los trabajadores?».
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Frente a todas estas irregularidades puestas sobre la mesa, los sanitarios anticipan denuncias «por atentar contra la salud pública del personal que tienen trabajando sin haberles dado los medios necesarios para la prevención de esta pandemia a pesar de haberles solicitado en reiteradas ocasiones dicho material». El contexto del que hablan es el de una transmisión comunitaria que trae a la cabeza los errores del pasado. A fecha del 28 de junio, la ‘Plataforma Severo’ habla de 55 casos de COVID-19 en sus instalaciones en planta, con más de 15 posibles a la espera de resultados, junto con otros seis positivos y uno posible en UCI.
