Cáritas Diocesana de Getafe pone el foco en la crisis habitacional como una de las principales causas de pobreza y exclusión social en el sur de la Comunidad de Madrid. Este año, la entidad caritativa destaca la realidad del sinhogarismo en sus diferentes formas, según la clasificación ETHOS, y su impacto en la vida de miles de personas vulnerables atendidas.
La entidad eclesial de la Diócesis de Getafe subraya que el hogar es mucho más que cuatro paredes. Tener una vivienda implica, entre otras cosas, la posibilidad de estar empadronado, lo cual es clave para acceder a derechos básicos, como la sanidad, la educación y las ayudas sociales, a las que tienen derecho todas las personas empadronadas en una localidad.
La vivienda como causa de pobreza
La clasificación ETHOS (European Typology on Homelessness and Housing Exclusion) establece cuatro categorías de sinhogarismo, que incluyen desde la falta total de vivienda (vivir en la calle o en albergues) hasta formas más invisibles, como la vivienda insegura, la inadecuada o las personas que viven en situación de calle.
En el sur de la Comunidad de Madrid, las formas más comunes de exclusión residencial son: la vivienda insegura (personas que viven bajo amenaza de desahucio); la vivienda inadecuada, que incluye el hacinamiento en pisos compartidos, donde familias enteras deben vivir en una sola habitación ante la imposibilidad de cumplir con los elevados requisitos requeridos; y la infravivienda, presente en asentamientos chabolistas como el poblado de Las Sabinas, donde residen alrededor de mil personas censadas, aunque se estima que la cifra real es considerablemente mayor. Además, existen otros asentamientos más pequeños distribuidos en diversos municipios de la Diócesis de Getafe.
Datos de atención a personas sin hogar en 2023
La memoria de Cáritas Diocesana de Getafe correspondiente al año 2023 reflejó que la crisis habitacional ha empeorado las dificultades de acceso a viviendas asequibles, lo que se refleja en la creciente demanda de ayuda económica para cubrir alquileres o hipotecas.
El 36,4% de las personas atendidas vivía en régimen de alquiler y el 45,1% en situaciones de realquiler. Además, se detectó una elevada presencia de familias monoparentales (28,3%).
En el Centro de Atención a Personas Sin Hogar San Vicente de Paúl, ubicado en Aranjuez, se atendió a 414 personas, y se ofrecieron 20.353 servicios de restauración a personas externas al centro. Un dato alarmante es el aumento de personas jóvenes atendidas en el centro, especialmente en el rango de edad entre 18 y 35 años, con 103 jóvenes en 2023, representando casi un 25% del total.
El rostro femenino de la pobreza habitacional
Otro aspecto revelador es que el 73% de las personas atendidas por el servicio de vivienda de Cáritas Diocesana de Getafe en 2023 eran mujeres, la mayoría desempleadas en el momento de solicitar ayuda. De estas, el 46% correspondía a familias monoparentales encabezadas por mujeres, evidenciando la creciente feminización de la pobreza y la vulnerabilidad.
Ante esta situación, en 2023 se inauguró un nuevo piso del proyecto Hogares del Sur, que ofrece alojamiento a madres solas con hijos a cargo en situaciones de extrema vulnerabilidad. Durante 2023, el proyecto acogió a 10 personas, proporcionando un entorno seguro y estable a estas familias monoparentales que enfrentan serias dificultades para su inserción laboral y social.
Un contexto agravado por la pobreza energética
La Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas ha destacado en su reciente estudio, que la pobreza energética, entendida como la incapacidad para cubrir las necesidades básicas de energía en el hogar, sigue siendo un grave problema en España. Uno de cada diez hogares no puede pagar la factura de gas o electricidad, y que la pobreza energética oculta afecta al 28,6% de los hogares.
Según el último Informe Foessa de la Comunidad de Madrid, el 11% de los hogares en la región no puede permitirse mantener su vivienda a una temperatura adecuada durante el invierno, lo que incrementa la exclusión social y deteriora la salud física y mental de las personas afectadas.