El pasado viernes 17 de enero de 2025, el escenario del Teatro José Monleón se llenó de talento, pasión y música con el primer Apolo Fest, festival de música enfocado en artistas emergentes. Un festival que tiene un meritorio trabajo detrás. Organizado por una sola persona, Adriana Jiménez, una joven de tan solo 21 años, sin contar con presupuesto alguno, lo que hace de este evento algo realmente excepcional.
A pesar de las limitaciones económicas, el festival logró el sold out congregando a 485 asistentes que disfrutaron de una tarde inolvidable cargada de actuaciones electrizantes. Además, la entrada al evento fue completamente gratuita, haciendo que la música estuviera al alcance de todos. El cartel estuvo compuesto por cinco prometedores artistas emergentes que, con sus estilos únicos, lograron conquistar al público.
- Noa B, que abrió el festival con su característica mezcla de pop melódico y letras profundas.
- Unai Maaz, quien sorprendió con su fusión de pop rock con urbano y baladas.
- Marco Dharo, quemando el escenario haciendo bailar al público con su mezcla de reggaeton con toques electrónicos.
- Gema Peñas, que emocionó con su estilo íntimo y a la vez haciendo cantar a todo el teatro con éxitos de los 2000.
- Lucía Marloz, cerrando el evento con su potente y delicada voz creando una atmósfera magnética e hipnotizante, además de presentar su primer single.
El Apolo Fest no sólo ofreció una tarde inolvidable para el público llena de buen rollo y energía, sino que también demostró que vienen grandes generaciones de talento pisando fuerte. Esta primera edición deja una huella importante y abre la puerta a futuros eventos que sigan apostando por la cultura y el talento joven.
Todo un reto en la organización
Organizar un evento de esta magnitud no fue tarea fácil, pero Adriana logró transformar una idea en una realidad. Desde la selección de los artistas hasta la coordinación del lugar y la difusión del evento, su esfuerzo y dedicación dejaron una marca en la escena cultural madrileña. El Apolo Fest se erige como un ejemplo de cómo la pasión por la música y el talento joven pueden crear algo verdaderamente significativo.