A pesar del incremento en la ocupaciĂłn femenina en el Ășltimo año en nuestro paĂs, la desigualdad salarial entre hombres y mujeres sigue siendo una realidad preocupante en el mercado laboral español. La brecha salarial de gĂ©nero se situĂł en un 19,6% en 2023, reflejando la persistencia de un modelo laboral que penaliza a las mujeres, especialmente debido a la parcialidad laboral.
El salario medio del conjunto de trabajadores y trabajadoras fue de 27.276⏠anuales. Sin embargo, sĂłlo un 34% de las mujeres alcanzĂł esta cifra, frente al 45% de los hombres. Como consecuencia, el salario medio femenino se situĂł en 24.758âŹ, mientras que el masculino alcanzĂł los 29.615âŹ: una diferencia de 4.856⏠anuales en perjuicio de las mujeres trabajadoras.
Los sectores de actividad representados por CCOO Servicios registran brechas salariales notablemente superiores a la media de la economĂa. Registran brechas salariales superiores al 30% las activ. Administrativas y auxiliares (36%), las activ. Profesionales, cientĂficas e intelectuales (35%), el Comercio (31%), las activ. Inmobiliarias (30%). Les siguen de cerca las activ. Financieras y de Seguros (28%) y la HostelerĂa (19%), aunque en Ă©sta Ășltima la brecha es ligeramente inferior a la media registrada en la economĂa
Que en sectores de caracterĂsticas opuestas exista por igual la brecha salarial de gĂ©nero, revela que este fenĂłmeno no se justifica por ninguna razĂłn productiva o econĂłmica, ni por las caracterĂsticas econĂłmicas que definen a los sectores; mĂĄs bien todo lo contrario: la brecha salarial es un fenĂłmeno complejo que opaca la suma de mĂșltiples dinĂĄmicas sociales discriminatorias que se extienden al ĂĄmbito laboral.
Las barreras de la mujer en el desarrollo laboral
La tardĂa incorporaciĂłn de la mujer al mercado de trabajo y su inserciĂłn en sectores considerados âtĂpicamente femeninosâ ha edificado sesgos de gĂ©nero que continĂșan relegando a un lugar secundario la carrera profesional de las mujeres. A esta divisiĂłn laboral horizontal, se suma la segregaciĂłn vertical, que impide que ellas desarrollen plenamente sus carreras profesionales y lleguen a posiciones de direcciĂłn y liderazgo, lo que les resta oportunidades de acceso a determinados pluses y complementos salariales y a los niveles mĂĄs altos de las escalas retributivas en las empresas. Actualmente, sĂłlo el 36% de los cargos de direcciĂłn o gerencia estĂĄn ocupados por mujeres, mientras que el 64% continĂșa en manos de hombres.
Aunque la presencia de mujeres y hombres en el mercado de trabajo estĂ© casi garantizada a partes iguales, y la tasa de feminizaciĂłn del empleo asalariado en el sector privado alcance el 46% (gracias a la intensa incorporaciĂłn de las mujeres en el mercado de trabajo durante las Ășltimas dĂ©cadas), ellas absorben el 75% del empleo parcial y, por tanto, su posiciĂłn en el mercado de trabajo continĂșa siendo secundaria.
Un trabajo a tiempo parcial, que unido al empleo en ocupaciones elementales y estacionales, se presenta como una decisiĂłn aparentemente voluntaria que, de fondo, estĂĄ condicionada por un cĂĄlculo de coste-beneficio en tĂ©rminos de conciliaciĂłn de la vida personal, familiar y laboral a partir de los tradicionales roles de gĂ©nero establecidos en la sociedad, donde implĂcitamente se sigue dando por hecho que las mujeres tienen una inclinaciĂłn natural a cuidar y, desde la Ăłptica del empleador se sigue presuponiendo que su involucraciĂłn con el empleo siempre va a ser parcial.
Por eso es fundamental identificar y señalar aquellos mecanismos y modelos de relaciones laborales que, en el seno de las empresas, estån perjudicando la inclusión simétrica de las mujeres en el mercado de trabajo.
Las soluciones propuestas por CCOO
Desde CCOO Servicios apuestan por la reducciĂłn de la jornada laboral en aquellos sectores donde prima la jornada laboral ordinaria, y por la consolidaciĂłn de jornadas parciales mĂĄs extensas en aquellos sectores donde imperan las jornadas parciales exiguas, como vĂa para atajar la brecha salarial.
«Es necesario redistribuir mejor el trabajo, con el fin de conciliar la vida personal y laboral, y favorecer la completa integración del empleo femenino en el mundo del trabajo, a partir de modelos sociales renovados donde las tareas de los cuidados sean efectivamente compartidas por hombres y mujeres, y donde la jornada ordinaria se reduzca y deje espacio para permitir el desarrollo de una vida digna y en condiciones de igualdad.»