El documental ‘7291’ emociona y remueve conciencias en Leganés: vecinos con camisetas reivindicativas recibieron este miércoles a Juanjo Castro, su director, en una proyección cargada de memoria y dolor. La cinta, que recoge datos de lo ocurrido y testimonios de familiares de fallecidos en residencias durante la primera ola del COVID-19, ha logrado llegar a miles de personas sin apenas medios, y su paso por Televisión Española ha sido un hito para un trabajo que exige justicia, empatía y memoria.
Mientras en la sala se proyecta su documental, charlamos con Castro, que reflexiona sobre el impacto social de su trabajo, la necesidad de pedir responsabilidades políticas y el vacío que sigue dejando la cifra: 7.291.
¿Te esperabas la expectación que está teniendo?
No me lo esperaba para nada. Sabía que era un tema interesante y que podía llegar a interesar a muchísima gente, pero ni muchísimo menos. Yo lo he producido sin medios ni publicidad, con lo cual, ni idea.
Para ser un documental tan pequeño ha ido muy bien en taquilla pero lo de Televisión Española ha sido ya el colofón, porque llegas a una audiencia enorme, que es muy difícil que un documental lo haga en el cine.
Para mi ha sido una sorpresa total y buena. Muy bueno porque llevo desde octubre dedicado totalmente al documental. Cuando haces un documental social de este tipo, la recompensa es la gente que te agradezca que lo hayas hecho porque les recuerda a lo que vivieron.
Es un tema que se reivindica desde todas partes que no se olvide. ¿Cómo te sientes al aportar este granito de arena a la lucha de las familias?
Me siento bien porque una de las cosas que he descubierto con los documentales -porque yo provengo de la ficción- es esta forma de mostrar una realidad que está ahí. Esa información no me la he inventado, es pública, que la enseñas porque la tiene que saber la gente. Es lo bonito de los documentales de este tipo, que llegas al corazón o a los problemas de la gente.
«Las residencias están así en toda España, dice muy poco de nuestra sociedad»
¿Qué fue lo que más te impactó haciendo el documental ‘7291’?
Te quedas con las declaraciones de las familias porque te pones en su lugar y piensas qué hubieras hecho…, y la conocer la situación en la que están las residencias de mayores. Aunque el documental se centra en la gestión de las residencias de la Comunidad de Madrid en la primera ola del COVID, las residencias están así en toda España. Dice muy poco de nuestra sociedad.
Hay dos sectores de la población que hay que proteger: los niños y los mayores. Y el modelo que hay de residencias no es válido para las personas que ahora mismo viven en ellas. Podrán valer para otro tipo de perfil de personas, pero no para las que hoy las habitan. Dice muy poco de nosotros. Te reafirmas en que hay que enseñarlo y contarlo.
Aunque está centrado en la Comunidad de Madrid se ha visto a lo largo de toda la geografía española, ¿cuál es la reacción que ves en otras comunidades?
En general en todas las proyecciones, la gente se queda agarrada en la butaca, no se mueve, como una película de terror. Se quedan anonadados, indignados, mosqueados… como me quedé cuando leí el libro de Alberto Reyero. No das crédito y al exponerlo con datos lo retratas.
El problema es que hay que concienciar y en las proyecciones, que están genial y estoy encantado, la media de edad es muy mayor. Tiene que venir gente joven.
¿Por qué crees que ocurre?
Hay cierto desinterés por la muerte y la gente mayor porque lo ves lejos, pero realmente llegas enseguida. Es un hecho que fue lamentable pero como sociedad tenemos que aprender algo y parece que ahora están peor las residencias.
Y también hay que pedir responsabilidades políticas. Las residencias están así en toda España y las Comunidades autónomas están gobernadas por todos los partidos políticos. El documental se centra en Madrid porque hubo unos protocolos muy restrictivos, pero también los hubo en Cataluña menos restrictivos y en Castilla la Mancha. Hubo muchos fallecidos en residencias y tenemos que pedir responsabilidades.
«Utilizo datos oficiales, no me he inventado nada»
¿Cómo estás viviendo las críticas por parte precisamente de quien hizo la gestión de la Comunidad de Madrid?
Lo siento mucho por las familias, porque perdieron a sus familiares y les vuelven a atacar.
Sabía que estaba tocando un tema sensible y tuve muchas dudas de cómo hacerlo. Ya que me iban a criticar, quería ser lo más objetivo posible, por eso el documental aporta datos. En eso estoy seguro porque utilizo datos oficiales.
Pero en el fondo, si te fijas mucho, no atacan el documental, atacan sus temas políticos entre partidos y yo ahí no entro. Están utilizando esto para su mercadeo político. Yo he hecho un documental a favor de las familias, siendo objetivo porque yo no soy afectado, he hecho el documental por empatía, no por dolor, que también sería lícito.
En el documental ‘7291’ se escuchan testimonios desgarradores. Has intentado estar en una perspectiva muy objetiva, pero es inevitable desde esa empatía romperse, ¿no?
Yo estaba en directo en la Comisión Ciudadana y lloré. Y de hecho en muchas proyecciones aún lloraba, ya se me ha ido pasando porque lo he visto muchas veces. Se te pone un nudo en la garganta.
La comisión de investigación de la Comunidad de Madrid fue muy aclaratoria pero faltaba el testimonio humano de las familias. Yo utilizo 7291, las asociaciones… pero no es una marca. Son fallecidos. No es un número, son personas.
«Yo no he hecho este documental contra Ayuso, lo he hecho a favor de las víctimas»
¿Crees que se está banalizando la cifra de fallecidos, 7.291?
Ayudó mucho la Comunidad de Madrid un día antes de su estreno en Televisión Española… pero no tanto a banalizar sino a que se supiera. Casi fue una campaña de publicidad.
Lo que no puedes hacer es jugar con las medias verdades. Las cifras son oficiales y lo que no puedes decir es justo el día de antes de la proyección en Televisión Española, esas cifras ya no valen cuando han valido 5 años. Y no con 4.100, esos son, según el INE, quienes fallecieron de COVID o con síntomas compatibles, pero si sumas todo son 7.260, que sí, son 30 personas menos. Pero aquí no se están poniendo en cuestión las cifras, sino la gestión. Y me parece muy triste.
Como sociedad tenemos que exigir responsabilidades, pero el problema es que ha habido dos elecciones en Madrid y una la ha ganado con mayoría y la otra con mayoría absoluta. Parece que esto premia. Hay responsabilidades que no se han pegado, y el haber ganado elecciones no te exime de nada. Otra cosa es el tema judicial, pero la responsabilidad política está ahí y hay que exigirla.
¿Crees que el documental ‘7291’ podría hacer saltar la chispa para exigir esas responsabilidades si lo viera la gente más alejada de lo que ocurrió, la gente joven?
Cuanto más sabes, más fácil es obtener opinión sobre las cosas. Si no sabes algo eres ignorante, no pasa nada, pero el problema es ser necio, que es cuando puedes saber algo pero no quieres saberlo.
El problema, creo, es que la crispación política ha llegado a los ciudadanos. Yo no he hecho este documental contra Ayuso y el PP de Madrid, lo he hecho a favor de las víctimas. Si hubiese sido PSOE o Podemos, lo hubiera hecho igual. He puesto en evidencia una gestión.
Al final, tienen que ser responsables.