El CD Leganés ha descendido a Segunda División al término de la temporada 2024/2025. Así pone fin a su regreso fugaz a la máxima categoría del fútbol español. A pesar de cerrar el curso con una sólida victoria por 3-0 frente al Real Valladolid en Butarque, los resultados de otros partidos no acompañaron, y el equipo pepinero no logró salvar la categoría.
La afición despidió a los suyos con orgullo y una mezcla de tristeza y reconocimiento. El Lega, que había regresado a LaLiga EA Sports como campeón de Segunda, no pudo consolidarse en la élite. Sin embargo, su entrega en el tramo final de la temporada, con victorias clave y un vestuario comprometido, ha dejado huella.
“Nos vamos con la cabeza alta. Hemos peleado hasta el final”, fue el mensaje compartido por varios jugadores tras el último pitido en Butarque.
Adiós de Borja Jiménez y ayudas al descenso
El descenso ha venido acompañado de una importante decisión institucional: Borja Jiménez, entrenador del CD Leganés durante las dos últimas temporadas, deja el banquillo pepinero. El técnico logró el ascenso en la 2023/2024, pero no pudo evitar el descenso tras una campaña complicada en Primera.
«Era el momento de separar nuestros caminos. Es una decisión consensuada y creo que es lo mejor para todos», ha asegurado el ex entrenador en una rueda de prensa con varios jugadores como testigos.
Con la caída a Segunda, el club recibirá una ayuda al descenso de 8,1 millones de euros, una cifra un 46,7% inferior a la que percibió en 2020. Esta reducción se debe a los nuevos criterios de reparto establecidos por LaLiga y al hecho de que el equipo descendió inmediatamente después de ascender.
Un nuevo punto de partida para el CD Leganés
Desde la dirección deportiva ya se trabaja en la reestructuración de la plantilla y en un ajuste económico que permita afrontar con garantías el reto de volver a luchar por el ascenso. El objetivo, según fuentes del club, es mantener un bloque competitivo y reforzar áreas clave, siempre dentro de un modelo sostenible.
El descenso del CD Leganés supone un golpe duro para la ciudad, que había recuperado la ilusión con el retorno a Primera. Sin embargo, el compromiso mostrado por el equipo en los últimos partidos —y el apoyo constante de la afición— invitan a pensar en un futuro de reconstrucción y ambición.
Butarque volverá a ser escenario de emociones intensas en Segunda División, con el deseo firme de que Leganés vuelva pronto al lugar que merece en el fútbol español.