La situación laboral en las residencias de mayores en Leganés vuelve a estar en el punto de mira. Esta vez, son las empleadas de la Residencia de Mayores El Encinar de Leganés quienes alzan la voz. La plantilla denuncia un empeoramiento progresivo de las condiciones laborales, que se traduce en sobrecarga de trabajo, bajas médicas y una atención deficiente a los residentes.
Este miércoles, las trabajadoras se concentraron a las puertas del centro exigiendo soluciones urgentes. “No es puntual, lo podemos demostrar”, coreaban en una protesta que refleja años de deterioro. Según denuncian, los contratos son cada vez más precarios y los recortes de personal afectan directamente tanto a los usuarios como a la salud mental y física de las empleadas.

Once residentes por cada auxiliar
La carga de trabajo es insostenible. Según Elena, auxiliar de enfermería, “hay una media de once residentes por cada auxiliar, es una barbaridad”. La situación se agrava por el alto nivel de dependencia de muchos usuarios, con graves deterioros físicos y cognitivos. “Aunque tienes ayuda de grúas, hay casos que no puedes mover tú sola. Estuve de baja porque una grúa se me cayó en el pie y me lo destrozó”, recuerda.
Bajas constantes que no se cubren
Cada turno debería contar con cuatro auxiliares, pero rara vez se completa. “En cada turno hay al menos una compañera de baja, y eso no se refleja en los cuadrantes”, denuncia Esther, otra trabajadora. “Te dan un calendario, pero luego hay cambios constantes porque hay bajas sin cubrir, y eso añade mucho más estrés”, añade. Esto genera a veces más sobrecarga de trabajo: «Terminas tu turno y te avisan de que tienes que seguir con más residentes». La consecuencia es doble: peores condiciones para el personal y menos calidad de vida para los residentes.
Exigen cubrir las bajas y dignificar el trabajo
Las trabajadoras no piden ampliación de plantilla, sino algo tan básico como cubrir las bajas. “Solo quiero que los nuevos no sufran lo que nosotras y que los residentes reciban la atención que merecen”, afirma Elena. La empresa, según denuncian, se niega a contratar con el argumento de que “no hay personas que quieran trabajar en residencias”. Una respuesta que ha llevado a las empleadas a movilizarse públicamente: “Es muy triste tener que llegar a estos extremos para pedir algo tan normal”.