El Hospital Universitario Severo Ochoa, centro sanitario público de la Comunidad de Madrid, aplica la técnica de neuromodulación como opción terapéutica para el tratamiento del dolor crónico neuropático en pacientes que no han respondido a otros abordajes médicos o farmacológicos.
Esta técnica avanzada consiste en administrar impulsos eléctricos en zonas específicas del sistema nervioso mediante un dispositivo implantado bajo la piel similar a un marcapasos. Estos estímulos eléctricos son capaces de modificar la percepción del dolor, bloqueando su transmisión de forma reversible y personalizada a cada paciente.
Intervención ambulatoria y en dos tiempos
El procedimiento lo lleva a cabo el equipo de anestesiólogos especialistas en dolor del Hospital Severo Ochoa, con amplia experiencia en este tipo de intervenciones. Se realiza en el quirófano de forma ambulatoria, en la mayoría de los casos bajo anestesia local y sedación suave, lo que permite que el paciente reciba el alta médica y pueda regresar a su domicilio pocas horas después.
La técnica se aplica habitualmente en dos tiempos. “En una primera intervención se coloca un electrodo y una batería provisional con el fin de comprobar la eficacia del tratamiento”, explica la anestesióloga especialista en el tratamiento del dolor, Gemma Márquez Garrido. Si la respuesta del paciente es positiva, se programa una segunda intervención para implantar el dispositivo definitivo, que quedará alojado de forma permanente bajo la piel.
Entre sus ventajas destacan el alivio eficaz del dolor, la posibilidad de reducir el uso de fármacos y sus efectos secundarios, así como la mejora de la calidad de vida y la recuperación de la autonomía para realizar actividades cotidianas.
Técnica indicada en dolor neuropático
La neuromodulación está especialmente indicada para tratar el dolor neuropático, aquel que se produce por una lesión del tejido nervioso. Suele aparecer tras cirugías de columna, amputaciones o enfermedades arteriales. Su uso se ha consolidado también en otras patologías neurológicas, como el Parkinson o la epilepsia.
“Se trata de un procedimiento técnicamente complejo y con un coste elevado, pero de gran valor para pacientes cuidadosamente seleccionados que no han logrado controlar el dolor con otras terapias”, añade el jefe de Servicio de Anestesiología, Antonio García Rueda.
Con esta técnica, el Hospital Universitario Severo Ochoa refuerza su compromiso con una atención personalizada, innovadora y centrada en la mejora del bienestar de los pacientes.
Recuperación del sueño y volver a caminar sin dolor
Uno de los pacientes tratado de esta patología en la Unidad del Dolor, John Fredy Velasquez, relata que para él “la situación era bastante difícil. Tenía mucho dolor en la pierna. Me afectaba tanto a la rodilla como al tobillo y también para dormir y caminar. Comencé con una hernia discal y luego me provocó una discopatía. Me tuvieron que operar de nuevo para ponerme placas y tornillos. Continué con mucho dolor. Pasé por tres operaciones hasta que por fin me pusieron el dispositivo”.
“Con el mando a distancia que tengo, controlo tanto la carga de la batería y la cantidad de estimulación que me envía el dispositivo. Tengo un cinturón para que cargue la batería totalmente. Ha sido un cambio radical. Lo más fundamental es mi mejoría a la hora de dormir y ya camino un poco más normal, sin cojera”, añade sobre su experiencia.