Este fin de semana Leganés se convirtió en un pedacito de Extremadura. Con coros y danzas, conciertos y hasta un taller interactivo de música, la Plaza Mayor se transformó en el epicentro de las celebraciones del Día de Extremadura, que cada 8 de septiembre rinde homenaje a la comunidad vecina.
En el escenario principal tuvo lugar el acto institucional, cargado de emoción. La presidenta de la Casa de Extremadura en Leganés no pudo contener las lágrimas al recordar a los pueblos arrasados por los incendios este verano. Con los ojos húmedos, pidió un aplauso para los vecinos de Zamora, presentes en la plaza en ese momento: “porque están otra vez con el fuego”.
El pregonero de este año, Andrés Fernández Montalbán, director general de la UPL, también mandó un mensaje de apoyo a los afectados: “No solo a los extremeños, también a todas las comunidades que han sufrido los fuegos”.
La Casa de Extremadura lo resumió en un comunicado: “Hoy, 8 de septiembre, nuestro recuerdo y cariño están con todas las personas afectadas por los recientes incendios y con quienes han luchado contra las llamas”.
Un fin de semana repleto de actividades
El programa arrancó el sábado con una Misa Solemne en honor a la patrona extremeña, la Virgen de Guadalupe, cantada por el coro de la casa regional en la parroquia de San Salvador. Después, procesión por las calles del centro junto al grupo de Coros y Danzas “Villa de Leganés”.
Por la tarde, el ambiente festivo se trasladó a la Casa Consistorial, donde se izó la bandera de Extremadura, y a la Plaza Mayor, con el acto institucional, el pregón y el esperado Festival de Folklore, que llenó de música tradicional el corazón de la ciudad.
El domingo, el ritmo continuó con un taller interactivo de coros y danzas que hizo partícipe al público, seguido del concierto de la Ronda Arte y Son del Valle del Tiétar. Como broche, no faltaron las tradicionales migas extremeñas, que hicieron las delicias de los asistentes.
Orgullo extremeño en Leganés
El Día de Extremadura en Leganés volvió a demostrar que las casas regionales son un motor cultural vivo en la ciudad. No solo mantienen tradiciones, también las comparten y las hacen accesibles a los vecinos, recordando que Leganés es un mosaico de identidades que se cruzan y conviven.



 
                                    
