Leganés ha sido el escenario de un acto que nos recuerda que la solidaridad no entiende de fronteras. Coincidiendo con el Día Internacional del Cooperante, la Comunidad de Madrid ha entregado sus reconocimientos a personas que dedican su vida a ayudar en los lugares más difíciles del planeta. La consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, Ana Dávila (PP), ha sido la encargada de ponerles voz y rostro.
Un microbiólogo que pide investigar donde nadie mira
En la categoría de Formación Sanitaria ha sido premiado Ramón Pérez Tanoira, del Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares. Lleva años montando y mejorando laboratorios en países como Etiopía, Camerún o Haití. Con humildad confesó: “He recibido más de la cooperación de lo que yo he dado”. También lanzó una advertencia: la investigación sobre resistencias microbióticas en África es clave porque “allí es donde realmente se están formando”.
Rompiendo las cadenas del tabú en salud mental
Uno de los momentos más impactantes lo protagonizó la hermana Sona Swana Espérance, reconocida en la categoría de Salud Mental. En Togo dirige el Centro de Salud Mental Yendube, donde lucha contra un estigma brutal: allí muchos creen que los problemas mentales son obra de espíritus malignos. A los pacientes los expulsan de sus casas e incluso los encadenan en campos de “oración”. Su labor es literalmente desencadenar, tratar y devolver dignidad a esas personas olvidadas.
Más de 11.000 pacientes tratados en campañas quirúrgicas

El premio en Sanidad fue para David Fernández Luengas, jefe de Cirugía General de Quirón Madrid. Desde 2014 ha participado en campañas quirúrgicas en África, Asia e Iberoamérica, atendiendo a más de 11.000 pacientes. Además, ha reclutado a 800 voluntarios. Su deseo: “Ojalá algún día no tenga que dedicarme a esto porque las necesidades locales estén cubiertas”.
Emergencias y lucha por la igualdad
En Emergencias fue distinguido Carlos Enrique Martín Llop, miembro de Cruz Roja con 25 años en crisis humanitarias y actualmente jefe de misión en Ucrania. Lo resumió así: “La cooperación es un acto de justicia social”.
Por último, en la categoría de Trabajo por las Mujeres se reconoció la trayectoria de sor Juana Santos García, enfermera y trabajadora social que ha pasado por Guinea Ecuatorial, El Congo o Paraguay, impulsando programas contra el cáncer de cuello uterino y de mama, reconocidos por el Gobierno paraguayo.
“Tenemos una deuda pendiente”
En el cierre, la consejera Ana Dávila agradeció la labor de todos los premiados: “Como sociedad tenemos una deuda pendiente con vosotros, los cooperantes”. También subrayó la importancia del ERICAM, el equipo de emergencias de la Comunidad de Madrid.
Un acto lleno de testimonios que inspiran y que recuerdan que la cooperación no es caridad, sino justicia social.



