La tensión por la vivienda en Leganés vuelve a la calle. FRAMV, PAH Leganés, AV Zarzaquemada, Asociación Exedra, Unión Comarcal CCOO Madrid-Sur y UGT Madrid-Sur han convocado para este domingo 30 de noviembre una concentración en Plaza España para exigir medidas urgentes ante un mercado inmobiliario completamente desbordado. Las entidades recuerdan que Leganés es hoy el municipio donde más ha subido el precio del alquiler, con incrementos históricos, y el segundo con mayor demanda de toda España.
La convocatoria surge tras un acto vecinal de vivienda convocado por estas mismas entidades. Así, se desvinculan del llamamiento a la protesta que realizó el secretario general del PSOE de Leganés en rueda de prensa.
El alquiler dispara récords… y la venta tampoco afloja
La vivienda es un derecho crucial para la dignidad y el bienestar de las personas. Es el lugar desde el que construimos nuestro proyecto de vida, cuidamos a la familia, hacemos barrio y participamos en la sociedad. Cuando falta una vivienda digna, se resienten otros derechos fundamentales: la salud, el acceso al trabajo, el rendimiento escolar e incluso la posibilidad de participar en la vida cultural y social de la ciudad.
Mientras el alquiler se dispara, la vivienda en venta también está aumentando de precio, empujando hacia fuera a jóvenes, familias trabajadoras y vecinos de toda la vida. La situación se agrava, denuncian los convocantes, porque EMSULE no está impulsando ninguna nueva promoción, ni de alquiler ni de venta, pese a que existe un proyecto de vivienda pública en alquiler “guardado en un cajón” y listo para desarrollarse a falta de buscar la financiación.
Los precios del alquiler han alcanzado niveles que expulsan a muchos jóvenes de su propio municipio y ponen en riesgo la estabilidad de cientos de familias trabajadoras. Lejos de mejorar, la situación se agrava año tras año.
El Ayuntamiento rechaza el alquiler público y apuesta por la venta
El Gobierno local (PP y ULEG) mantiene bloqueado ese proyecto de vivienda pública en alquiler alegando motivos económicos. Según su propia argumentación:
“Ni la empresa pública del suelo y la vivienda tiene recursos económicos para acometer ese proyecto de viviendas en alquiler, ni ninguna entidad financiera está dispuesta a financiarlas”.
El Ejecutivo propone en su lugar vivienda pública en venta, asegurando que «la demanda es mayor» –a pesar de los datos– y que las entidades financieras sí respaldan estos proyectos porque “la hipoteca del comprador actúa como garantía”.
2 millones para comprar viviendas en el mercado libre: rechazo frontal
A esta estrategia municipal se suma otra decisión polémica: el Gobierno local propuso destinar 2 millones de euros a la compra de viviendas en el mercado libre para destinarlas a fines sociales. Las organizaciones convocantes rechazan la idea sin matices. “Comprar en el mercado libre solo invita a la especulación, pero ese dinero se podría destinar a la compra de vivienda a la SAREB u otros mecanismos”, sostienen.
Insisten en que el Ayuntamiento debería priorizar mecanismos públicos estables y no depender de la compra directa a precios de mercado, que consideran “ineficiente” y “contradictoria con el objetivo de abaratar la vivienda”.
Leganés no tiene parque público y las emergencias quedan al aire
En algo coinciden todas las entidades: Leganés carece de un parque de vivienda social, lo que deja totalmente desprotegidas a las familias que sufren situaciones de emergencia habitacional, ya sea un desahucio, un incendio, un accidente o incluso un derrumbe. Sin recursos municipales disponibles, esas familias terminan dependiendo de pensiones, alojamientos temporales o redes informales.
La concentración, primer paso de una escalada
Los colectivos denuncian que el Ayuntamiento “mira hacia otro lado” mientras la crisis se agrava, y advierten que la concentración de este domingo será solo el primer paso si no se asumen medidas reales para ampliar la oferta pública y frenar la especulación.

La vivienda vuelve a ser el epicentro de la disputa política en Leganés, puesto que es el germen de los problemas de su ciudadanía. Las calles, de nuevo, tendrán la última palabra.





