Con 20 años de carrera y espectáculos en cartel como Cosas de Padres o Yo nunca, Raúl Massana se ha convertido en uno de los cómicos más reconocidos de la escena actual. A su faceta sobre los escenarios ha sumado en los últimos años una nueva popularidad gracias a sus vídeos en redes sociales junto a sus hijos, Lucas y María, que lo han llevado a conquistar a un público mucho más amplio.
En su paso por Leganés, como padrino de El Monstruo de la Comedia, hablamos con él sobre la evolución de la comedia, la censura en redes y cómo su familia se ha convertido en parte esencial de su carrera.
“La comedia en España ha crecido muchísimo”
¿Cómo viste el concurso de monólogos de El Monstruo de la comedia?
Lo vi con muy buen nivel. Se nota que llevan nueve años celebrándolo y que la comedia en España ha evolucionado una barbaridad. Hace diez años los concursos eran más limitados, pero ahora el público está más preparado y los cómicos proponen temas mucho más atrevidos. Las redes sociales han educado al espectador y hoy puedes tocar asuntos delicados sin que nadie se escandalice.
Redes sociales vs. escenarios
Al contrario de lo que se dice, ¿crees que se pueden “pisar charcos” hoy en día?
Depende del lugar. En redes no puedes, porque si quieres vivir de ellas te limitan mucho. En cambio, en un teatro o en un bar puedes hablar de lo que quieras: el público entiende el contexto y lo disfruta. El problema es cuando un chiste pensado para un garito se saca de ahí y se convierte en un clip viral. Pierde contexto y puede arruinarte la semana.
En tu espectáculo Yo nunca sí os atrevéis con todo.
Totalmente. En Yo nunca se dice absolutamente de todo. Han pasado invitados de todas las ideologías y nadie se escandaliza. El público compra cualquier chiste porque sabe a lo que viene. Además, el formato podcast se ha convertido en un espacio de libertad que ni la tele ni las redes te dan.

“El 90% de mi público me conoce por internet”
¿Notas contraste entre tu humor en redes y el del escenario?
Sí. Mucha gente me ha descubierto con mis vídeos familiares o en monólogos muy blancos como los de Cadena Dial. Y cuando luego ven un clip de Yo nunca, se escandalizan. Incluso he tenido que retirar material por críticas. Al final, el 90% de mi público actual llega por internet, y tengo que adaptarme a eso. No quiero que se vayan: son los que me van a dar de comer en los próximos años.
Los hijos que arrasan en redes
Tus hijos Lucas y María tienen más repercusión en redes ahora. ¿Cómo empezasteis con esos vídeos?
Todo comenzó en la pandemia. Grabábamos un diario familiar y un día hice un vídeo con mi hija hablando de un libro sobre consentimiento. Tenía solo cinco años y se hizo viral en todo el mundo, con 20 millones de visitas. A partir de ahí, empezamos a crear más contenido juntos. Ahora ellos mismos proponen juegos, situaciones o frases que luego grabamos.
¿Ellos disfrutan de ser parte del show?
Sí, mucho. Para ellos es como un juego. Los domingos solemos grabar algo en casa, es como una dinámica familiar, y lo subimos a redes. Se lo toman como algo natural. De hecho, María ya ha hecho una serie para Movistar+, así que me está adelantando por la derecha. (Risas)
“Me encanta que me reconozcan como el padre de Lucas y María”
¿Cómo llevas que mucha gente te identifique más como “el padre de Lucas y María” que como cómico?
Me hace ilusión. Me siento orgulloso cuando me paran y me dicen: “¿Tú eres el padre de Lucas y María?”. Prefiero que me reconozcan por eso antes que por mi carrera. No quiero que mis hijos vivan de esto, pero sí que tengan un recuerdo. Al final, todo esto es una forma de documentar su infancia y la vida que hemos compartido.
¿Te gustaría que siguieran tus pasos?
No, no quiero que hagan carrera de esto. Ahora mismo es divertido y nos une como familia, pero con 11 o 12 años seguramente me digan “Papá, déjame en paz” y harán su vida. Para mí lo importante es que el día de mañana puedan ver estos vídeos y recordar su infancia de una forma especial. Eso vale más que cualquier éxito profesional.





