La prioridad de las organizaciones presentes en la zona es acabar con la epidemia, pero también es imperativo ofrecer más asistencia a aquellos que tratan de ‘reconstruir’ sus vidas. Fatoumata Soumah, de 22 años de edad, ha perdido a 13 miembros de su familia, incluyendo a sus padres, por el impacto del ébola en Guinea Conakry. Ella ha superado la enfermedad, pero no al ébola.
Sus vecinos no quieren hablar con ella, ni mucho menos comprar su hierro y chatarra, de lo que vivía su familia. Tampoco les quieren contratar en ningún sitio. Es el peso del estigma del ébola. Poco importa que, además, tenga malaria y fiebres tifoideas, o que sus tres hijos y su hermana pequeña pasen hambre.
Fatoumata es el rostro del ébola, un año después de la aparición de la epidemia, y muestra los retos a los que se enfrenta ahora la comunidad internacional. «La prioridad es tratar de poner fin a la epidemia, pero también es imperativo asistir a aquellos que quieren reconstruir sus vidas«, explica María Alcázar, directora de Cooperación Internacional de Cruz Roja Española. «Y para llevar a cabo esta lucha se requiere un esfuerzo colectivo global», recalca la portavoz de Cruz Roja.
«Una epidemia como la del ébola no es solo un problema de África, sino un problema global. Y no podemos ponerle fin solo con nuestros medios. La solución reside en construir colaboraciones globales, regionales y locales implicando a los gobiernos, sectores públicos y privados, instituciones multilaterales y sociedad civil.«, insiste María Alcázar.
Por eso, mientras la Cruz Roja mantiene a equipos que pueden responder a nuevos casos, también trabaja activamente en la fase de recuperación, que se prolongará al menos hasta 2017. Esta fase está centrada en la puesta en marcha de programas de Reducción del riesgo de Desastre, de Salud Comunitaria, de agua, saneamiento, promoción de la higiene, seguridad alimentaria, medios de vida y nutrición y apoyo psicosocial.
Con el foco puesto siempre en los más vulnerables, supervivientes del ébola (que padecen el estigma), huérfanos, madres solteras y jóvenes. Para lo que hacen falta fondos de los que no dispone la Cruz Roja, pese a los llamamientos de ayuda que está realizando.
Cruz Roja Española, participa activamente en la operación frente al ébola puesta en marcha por el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Además de poner en marcha dos Centros de Tratamiento de Ébola en Sierra Leona, país en el que también ofrece apoyo psicosocial a sus voluntarios locales, la entidad está reforzando sus programas de Prevención de la enfermedad en países limítrofes como Gambia, Guinea Bissau, Mali y Senegal.
Durante este último año, la enfermedad se ha propagado rápidamente por el continente africano llegando a afectar con algunos casos concretos a Europa y América. En total, hasta mayo de este año, la epidemia había causado más de 11.000 muertes y se habían registrado casi 30.000 casos, según la ONU, unas cifras que han ascendido en los últimos meses. Por ello, la operación de Cruz Roja se prolongará, al menos, hasta 2017.
