El patinador Javier Fernández ha revalidado su título de campeón del mundo este viernes en Boston con lo que él mismo ha calificado «el mejor ejercicio de mi vida». Después de una caída en la primera fase de la clasificación, ha conseguido la máxima puntuación en con un arriesgado programa que ha ejecutado a la perfección.
El deportista de Leganés ha hecho historia en el mundo del patinaje sobre hielo consiguiendo hacerse con su segundo campeonato mundial consecutivo a pesar de una primera jornada complicada. Durante la ejecución de su programa libre, Fernández cayó al suelo al caer tras la ejecución de uno de los saltos.
El español comenzó el ejercicio concentrado y tranquilo, pero con la presión de tener que superar 196 puntos. Desde el primer elemento, un cuádruple toe perfecto le daba la confianza necesaria para continuar con un ejercicio que conquistaba al público con cada giro. Javier lo sabía, sonreía, disfrutaba.
La música de Frank Sinatra continuaba y marcaba cada uno de los pasos que Fernández daba sobre el hielo. En la segunda mitad del ejercicio llegaban los movimientos más complicados, todos ellos ejecutados con la misma relajación y perfección, incluido su segundo triple axel, elemento con el que se cayó en el campeonato europeo y que dejó al público, totalmente entregado con el madrileño.
En la recta final del ejercicio y sabiéndose ganador, el patinador desarrolló el resto de elementos con una sonrisa reluciente, cómplice con el público que se mantuvo durante la lectura del veredicto del jurado. 216.41 puntos le otorgaban el oro en el campeonato donde superó al gran favorito, el japonés Yuzuru Hanyu, que tuvo que conformarse con la segunda posición tras los programas corto y libre con 20 puntos menos que el español. En tercera posición se ubicaba Boyang Jin con 270,99 puntos.
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