Colas kilométricas, estanterías casi vacías y compras desmesuradas han sido la imagen de los grandes almacenes de Leganés el día posterior al anuncio de las medidas extraordinarias por coronavirus. «Se nos ha ido de las manos», se escucha entre la clientela.
Los vecinos de Leganés han acudido en masa este martes a los supermercados ante la alerta desatada por las restricciones tomadas en lugares concretos a causa del aumento de los casos confirmados de coronavirus. La falta de información fiable sobre la gravedad del brote y el desconocimiento de una enfermedad nueva ha generado una psicosis entre la población. Los más agoreros no han tenido tiempo que perder para acaparar provisiones en los comercios abiertos, dejando los estantes bajo mínimos en algunos pasillos.
«Pensaba que todos estábamos un poquito locos, pero ¿tanto?», se ha podido oír en uno de los establecimientos de Leganés ante la descomunal aglomeración en el barrio de Valdepelayo. Estos comentarios procedían de quienes se abrían paso como podían entre la multitud, otros decidían darse la vuelta nada más ver el percal desde la entrada. Las colas de las cajas cruzaban el supermercado de una punta a otra e incluso había que girar al llegar a la pared contraria.
Por el camino, carros hasta arriba, algunos incluso sin dueño porque algunos clientes reservaban así su sitio mientras continuaban comprando. Y el personal, saturado de trabajo, encargado de más tareas de las habituales retirando los víveres abandonados mientras continuaban con sus labores de atención, venta y reposición.
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La crisis del COVID-19 ha destapado caras ocultas en muchas personas, que no dejan de sorprender ni a los propios compradores. «Esto se nos ha ido de las manos completamente», reconocían quienes todavía guardaban cierta templanza. La impresión por la imagen en el interior de los locales se topaba a veces con clientela que se tomaba el alarmismo con un toque de humor: «Hemos venido a pasar la mañana», aseguraba algún comprador que había acudido a hacer la compra con filosofía.
Estanterías sin apenas existencias
El ejemplo de este supermercado no es el único en la ciudad de Leganés. El escenario se repite en mayor o menor medida en los grandes almacenes comprobados en San Nicasio y Zarzaquemada incluso siendo un día laborable en todo el país. El desconcierto deja en todos los casos cajas saturadas de clientela, que han dejado a su paso estanterías al borde del vacío.
Sobre todo los productos de primera necesidad son los que más están sufriendo el paso descontrolado de consumidores. Los estantes de papel higiénico, compresas o leche se encuentran bajo mínimos, pero tampoco se libran de las compras desmesuradas los alimentos perecederos. Las secciones de frutería, verduras o carnes también se encuentran en sus últimas existencias, un acopio de comida bastante poco útil en caso de guardar una cuarentena prolongada en el tiempo y que nada tiene que ver con las advertencias y recomendaciones que han realizado los expertos españoles en materia de sanidad.
En pleno martes, las galerías y tiendas de barrio también están haciendo su particular ‘viernes’ en cuanto a ventas. Las expectativas se han superado en centros como el mercado de El Carrascal ante la estupefacción de los comerciantes. Los establecimientos de pescadería y panadería tampoco se libran de este ‘boom’ en cuestión de horas y los huecos en blanco en los mostradores van sumándose con el paso de los minutos. Quienes mantienen su actividad laboral están aprovechando un tirón que otros vendedores han rehusado por temor al contagio.
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En qué consisten las medidas
Cabe recordar ante la reacción desmesurada de los leganenses las medidas llevadas a cabo entre el Ministerio de Sanidad y la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Tras su reunión en la tarde del lunes, los organismos acordaron medidas extraordinarias para controlar el crecimiento exponencial de los casos de coronavirus. Entre ellas se encuentra el cierre de los centros educativos, llamadas de especial cuidado a grupos sociales de riesgo (personas mayores y afectados con patologías respiratorias previas) y recomendaciones para evitar lugares cerrados con grandes concentraciones de gente (precisamente lo contrario a las imágenes vividas en los comercios al filo del colapso).
Los avisos han conllevado de forma directa la suspensión temporal de las actividades previstas en Leganés de clubes deportivos, centros de mayores o casas regionales a modo de prevención. En el caso de los partidos de fútbol de Primera y Segunda División se ha mantenido la jornada con la orden extraordinaria de disputar los enfrentamientos sin público ni prensa. Otros vecinos, a título individual, se han armado para hacer frente a un posible aislamiento frente a una catástrofe de unas dimensiones que nada tienen que ver con los peligros anunciados en el presente.
Al contrario, la Comunidad de Madrid se ha pronunciado a través de su Consejero de Economía, Manuel Giménez Rasero, para asegurar que el abastecimiento en los grandes almacenes no corre ningún peligro. Prudencia y consideración es lo que pide a la ciudadanía, a la que recuerda que es imprescindible guardar la distancia prudencial entre personas para evitar posibles contagios y, por tanto, no formar aglomeraciones.