Negarse a llevar mascarilla supone multas que oscilan entre los 600€ y los 30.000€ desde que entrara en vigor la fase 0 de desescalada. Desde este lunes se están realizando repartos en distintas paradas.
El uso de mascarillas de protección frente al coronavirus se ha convertido en obligatorio en el transporte público desde este lunes, primer día de fase 0 de desescalada en la Comunidad de Madrid. Personal de Cruz Roja, Metro de Madrid y los ayuntamientos han realizado entregas de estos materiales a las puertas de estaciones concretas buscando un cumplimiento estricto de la normativa. De lo contrario, los pasajeros se arriesgan a recibir sanciones de entre 600 y 30.000€.
Boca y nariz deberán permanecer tapadas durante el tramo en que se realicen los trayectos. En caso de que un usuario no porte su mascarilla debidamente, en primer lugar será avisado de que deberá portarla como dicta la legislación, pero en caso de negarse a ello podrá enfrentarse a acciones legales. En Metro de Madrid, sus vigilantes tienen incluso potestad de impedir el paso a quienes cometan este tipo de irresponsabilidades, contactando en caso de que fuera necesario con la policía.
Ángel Garrido, Consejero de Transportes de la Comunidad, tachó la imposición de llevar protección como un acto «de sentido común» en estos lugares ante la dificultad existente para guardar las distancias de seguridad. Esta semana, también a consecuencia de los nuevos permisos en la movilidad, se ha incrementado el número de viajeros que han podido reincorporarse a sus puestos de trabajo, por lo que es momento de extremar la precaución para evitar nuevas olas de contagio.
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Ante estas previsiones de crecida en la demanda, trenes, metros y autobuses han aumentado su frecuencia de paso en horas punta y semipunta. Según los datos ofrecidos por la Consejería de Transportes, a primera hora del lunes ya se notó un aumento de viajeros del 13% en el transporte público madrileño respecto a la semana previa.
En Leganés, el Ayuntamiento ha sido partícipe del reparto de mascarillas durante las primeras jornadas de retorno al trabajo en paradas de Metro, de Cercanías Renfe o incluso en la parada de autobús frente al CC Plaza Nueva. Su gesto se ha unido así al despliegue de personal de Cruz Roja en puntos clave y de los trabajadores del transporte público en estaciones concretas.
