El objetivo del CD Leganés de Javier Aguirre en las últimas dos jornadas de LaLiga pasa por «ganar los dos partidos que restan y esperar». Athletic Club y Real Madrid le esperan, pero su desventaja ante los rivales directos invitan a no esperar «nada de nadie».
El entrenador del CD Leganés, Javier Aguirre, ha asumido el triunfo de este domingo contra el Valencia CF (1-0) a sabiendas de que «dependemos de nosotros y un poquito de los demás» para lograr la salvación. Al término de este choque ha enfatizado que su meta en las dos jornadas finales de LaLiga consiste en no ceder más puntos y esperar pinchazos del resto de equipos implicados en el meollo del descenso, aunque el mexicano ha desvelado no alegrarse «por ninguna victoria o derrota de los rivales».
«No esperamos nada de nadie. Nuestro objetivo de aquí al final es ganar los dos partidos que restan y esperar, no podemos hacer cábalas ni ver los partidos de los rivales con angustia. Tenemos que hacer lo nuestro sobre el verde, no me alegro por ninguna victoria o derrota de los rivales en absoluto y no puedo hacer nada más que verlos por televisión, es lo que me toca», ha explicado en la rueda de prensa de Butarque, consciente de que la victoria ante el Valencia es solo un paso de los tres necesarios para tener opciones por la permanencia. «Dependemos de nosotros y un poquito de los demás. Nosotros mismos nos metimos en esta y nosotros mismos saldremos de esta», ha terminado de apuntillar en este sentido.
Para estas dos citas, el Leganés ha sumado bajas importantes tanto por sanción (Jonathan Silva y Awaziem) como por lesión (Kevin Rodrigues), pero ‘El Vasco’ también destacó el papel de quienes no están pudiendo participar en el campo. «Ahora nosotros estamos necesitados de todos. Gente como Bustinza o como Alexander Szymanowski suman, suman y suman y quieren mucho a este equipo, son un ejemplo a seguir«, admitió, aunque matizando que «en general, la conducta del equipo en todos estos meses ha sido ejemplar».
Sobre el pinchazo de Kevin Rodrigues, Aguirre reveló que «no hay buenas sensaciones» y habló de la obligación de «reagruparnos». «Somos un equipo compacto de 22 jugadores más los chicos del filial y de ahí tendrán que salir 11 jugadores dispuestos a ganar en San Mamés, que no va a ser nada fácil evidentemente», apuntó.
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«El grupo necesitaba este aire, este oxígeno. Veníamos muy golpeados desde la vuelta del confinamiento. Fue resetear un poco, animarlos, sacar fuerza de donde no había y esta rachita nos da vigor para estos partidos que restan», amplió el técnico, que volvió a sacar pecho por los buenos resultados que están teniendo lugar cuando más se ha criticado el carácter excesivamente defensivo de los suyos. «Hemos tenido que entender los partidos, leerlos bien y esto ha hecho que dé la sensación de que el equipo ha perdido fuerza ofensiva, pero desde un orden o desde una organización defensiva somos capaces de doblarnos«, alegó, catalogando de «trabajo esencial» el realizado en la retaguardia para resolver «un partido muy igualado».
En última instancia, el técnico mostró su total aceptación a la decisión arbitral de expulsar a Jonathan Silva tras revisión en el VAR. «El equipo es disciplinado con los árbitros, es organizado, es serio. Silva intentó interrumpir una ataque rival y el árbitro decidio expulsarlo, no tengo más comentarios al respecto. Respeto infinitamente el trabajo de los árbitros y hoy no va a ser la excepción«, cerró.