Decenas de locales del ocio nocturno madrileño cesarán su actividad voluntariamente entre el 7 y el 9 de agosto. Su parón supone una reivindicación contra la medida del Gobierno regional que limita su apertura hasta las 1:30 como máximo.
Noche Madrid, en colaboración con las asociaciones que conforman la Plataforma por el Ocio, ha impulsado la campaña de cierre voluntario a la que ya se han sumado decenas de locales de este ámbito. Bajo el hashtag #RescateOcioMadrid, estas empresas pretenden hacer ver que la medida de restricción frente al coronavirus que limita su actividad hasta las 1:30 horas imposibilita su subsistencia. Estos locales no abrirán durante las noches de este 7, 8 y 9 de agosto como señal de protesta frente al Gobierno de Díaz Ayuso.
Los organizadores de este movimiento se reafirman en este paso adelante «en defensa de los intereses de nuestras empresas y queriendo darle la mayor visibilidad a la protesta contra las injustas y arbitrarias medidas de recortes en el ocio nocturno por parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid«. Empresarios, trabajadores del sector e incluso artistas que han tenido que cancelar sus eventos han utilizado las redes sociales para que su gesto se extienda de forma online.
Las últimas restricciones en este entorno para impedir la expansión de la pandemia requieren desalojos a partir de las 1:00 horas de la madrugada, teniendo que poner fin obligatoriamente a toda la actividad media hora más tarde. Para los empleados de la noche en la región, el horario consideran que solamente sirve para abrir boca entre su clientela y encamina a su cierre indefinido ante la falta de demanda. Su patronal, por tanto, exige «un plan de rescate de medidas económicas» para no dejar morir a estos establecimientos.
Related Posts
Locales de la capital emprendieron esta movilización a la que se han ido sumando cada vez más bares de copas y discotecas. La campaña cuenta incluso con su propio cartel que anuncia: ‘La noche de Madrid se apaga’.
En Leganés, las celebraciones nocturnas han generado revuelo debido al temor en el municipio de sumar nuevos casos de COVID-19 en una sociedad ya muy lastrada. Previamente, los vecinos se han negado en masa ante la convocatoria de fiestas que sin embargo sí estaban permitidas según la legislación autonómica. La existencia de rebrotes en otras quedadas dentro del territorio nacional no ha ayudado a apaciguar el ambiente. El equilibrio entre la subsistencia del sector de la noche y la seguridad sanitaria mantiene una relación de tira y afloja.