Más de 1.200 vecinos de Leganés tienen origen ucraniano, una comunidad que vive estos días pegados al televisor tras guerra con Rusia.
Cuatro días después, Ucrania sigue defendiéndose de una invasión rusa cuyas tropas se encuentran a las puertas de la capital, Kiev. Una incursión que ha provocado más de 500 bajas y 2.000 heridos, según el gobierno ucraniano, que se encuentra aún en la capital organizando las fuerzas de defensa armada. Además del Ejército profesional ucraniano, en los últimos días se han incorporado miles de voluntarios que quieren sumarse a filas para impedir una invasión que ha sido condenada por la comunidad internacional.
En Leganés hay 1.200 personas con origen ucraniano, según las estadísticas oficiales. Una comunidad que a día de hoy se encuentra preocupada por sus familiares. «Me siento impotente y frustrada», confiesa Svitlana, vecina de Leganés desde 2010, que ya no sabe cuántos días de asedio ha sufrido su país: «llevo sin dormir todo este tiempo, preocupada por los míos». Su familia se encuentra cerca de la frontera con Polonia pero su pueblo ha sido bombardeado: «ayer destruyeron el aeropuerto». «Están bombardeando ya al oeste de Ucrania, en frontera con la OTAN», lamenta Oksana Karpenko, quien tiene a su familia en la región.
Svitlana, enfermera de profesión, está segura de que «si estuviera allí no podría estar de brazos cruzados». En este sentido, entiende que su hermano se haya alistado de voluntario en las fuerzas de defensa del territorio: «la llamada a filas va en orden, primero quien tiene formación militar y después los demás. Él no tiene formación, es electricista», explica, «ahora está en las fuerzas de defensa y patrulla el pueblo por la noche». Una labor que hace que su hermana no pueda dormir por las noches: «ya ha muerto el único hijo de una amiga mía». A pesar de esto, muchos ucranianos afincados en España, han respondido al anuncio de Zelenski pidiendo refuerzo de voluntarios, regresando a su país de origen.
Karpenko regenta una tienda en la C/Juan Muñoz, 15, donde recoge artículos de primeros auxilios, gasas, mascarillas, ropa térmica y alimentos no perecederos para el Ejército ucraniano y voluntarios, que envía a través de la embajada ucraniana en España. Pegada al teléfono, gestiona los envíos mientras nos atiende. «Tengo a mi familia y amigos allí, mi hijo está trabajando pero quiere alistarse voluntario. Hay colas. No hay tantas armas para tantos voluntarios». Y no es la única tienda que se ha ofrecido, «hay otra en la C/Polvoranca», nos comenta. Una ayuda que también busca encauzar el AMPA Gonzalo de Berceo que recogerá medicamentos, ropa térmica, linternas y conservas del 1 al 4 de marzo hasta las 17h.
Recuerdos de conflictos anteriores
Esta no es la primera vez que Oksana Karpenko recoge ayudas para el ejército: «lo hicimos también en 2014, cuando el mundo no quiso mirar». Se trata del año en el que Rusia ‘se anexionó’ Crimea y comenzaron los asaltos en el Donbás (Lugansk y Donesk). «En estos 8 años el Ejército ucraniano se ha defendido de los ataques rusos porque somos un pueblo pacífico», explica Svitlana. Pero no todos tienen la misma opinión. Y es que Ucrania es un país dividido en cuya región este (Donbás y Crimea) existe una gran corriente a favor de Rusia.
Tanto es así que Andrés, nacido en Crimea, regresó a España, país del que su madre es natural, al no estar de acuerdo con que la península forme parte de Ucrania: «Yo nací en Rusia, años después dijeron que Crimea pertenecía a Ucrania», destaca, poniendo el foco en la historia como argumento principal de este conflicto. «Nosotros convivimos ucranianos y rusos; conozco gente aquí en España de Ucrania del Este y no hay problema», asegura revelando que su mujer es de nacionalidad ucraniana, aunque las políticas actuales del Gobierno de Zelenski, enfocadas en defender la identidad ucraniana, han hecho mella, según Andrés, en la convivencia. «¿Qué pasaría si al País Vasco o Cataluña les obligan a hablar solo en castellano? Esto ha ocurrido en Ucrania, les han impedido hablar ruso», recuerda Andrés.
Oleada de solidaridad con Ucrania
«Toda la gente que me conoce me ha dado ánimos y eso ayuda mucho», asegura Svitlana quien agradece el apoyo de su círculo en estos momentos. Desde ULEG se ha manifestado que han recibido una oleada de ofertas de familias de Leganés para acoger a refugiados en sus casas o enviar ayuda. «Ha habido muchas páginas para recaudar dinero pero algunas de ellas son fake», alerta Svitlana Yefimik quien pide cautela por el momento. Una oleada de ayuda que Oksana ha encauzado en su tienda: «Los españoles sois la hostia», repite constantemente en agradecimiento. Sus envíos se encauzan a través de la Embajada de Ucrania y, en los próximos días, podrían ser gestionados por la Policía Nacional «para que vayan más seguros». «Vamos a luchar y defender Ucrania y la frontera, estaréis orgullosos de nuestro Ejército», defiende.
Por ahora, esta es la única vía para canalizar la solidaridad y es que, desde el Ayuntamiento de Leganés se ha negado que estén trabajando en una forma de colaborar: «aún no hay ningún refugiado en España. Hasta que no haya una directriz primero de la Unión Europea y luego del Gobierno de España no se podrá hacer nada». Por su parte, la Comunidad de Madrid ya ha «desgranado» un plan de ayudas para cuando llegue el momento. Además de la ayuda con material de guerra enviada por la OTAN, el Gobierno español ya ha enviado, desde el aeropuerto de Torrejón, un avión de ayuda humanitaria: 20 toneladas de material sanitario.
Mientras tanto, la Corte Penal Internacional de La Haya abrirá una investigación a Rusia por posibles crímenes de guerra tas los constantes bombardeos a zonas civiles denunciados por Ucrania, «lo más rápidamente posible». Según el Gobierno, hay actualmente 100 españoles en Ucrania, la mayoría de ellos de doble nacionalidad, que se encuentran en el país por propia voluntad al haber rechazado la evacuación.
