En las puertas de la sede de la Comunidad de Madrid, en plena puerta del sol, el Gobierno de la región ha tenido un emotivo acto en recuerdo de las víctimas fallecidas en los atentados del 11 de marzo de 2004. Como en años anteriores, el acto ha consistido en guardar un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas, roto únicamente por un grupo de cuerda.
La corona luce las banderas de España, la Comunidad de Madrid y la ciudad de Madrid. Al inicio de la ceremonia, a las 10:00 horas, han tañido durante dos minutos las campanas del reloj de la sede de la Presidencia regional, junto con las de las iglesias de toda la Comunidad de Madrid.
De hecho, se han podido escuchar la de los templos más cercanos al kilómetro cero (Catedral de la Almudena, Colegiata de San Isidro, Real Basílica de San Francisco el Grande, Basílica Pontificia de San Miguel, Iglesia de San Ginés, Iglesia de Santa Cruz, de San Nicolás de Bari, San Sebastián o Santiago, entre otras). Posteriormente, la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid ha interpretado Adagio for Strings, de Samuel Barber, y para finalizar ha sonado el
Himno Nacional de España.
En el homenaje han participado la presidenta de la Asociación Víctimas del Terrorismo, Mayte Araluce; la presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, Dori Majali; el presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Tomás Caballero; y el presidente de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, Eulogio Paz. Al acto han asistido todos los consejeros del Gobierno regional, además de la presidenta de la Asamblea, Eugenia Carballedo, y la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Mercedes González. También han acudido los portavoces de los grupos parlamentarios de la Asamblea de Madrid, la vicealcaldesa y concejales del Ayuntamiento de la capital y el presidente de la Federación de Municipios de Madrid.
Además, en este acto también se ha querido recordar y homenajear a la labor realizada por los servicios de Emergencias durante esa jornada. Profesionales que fueron apoyados y ayudados por miles de voluntarios que se volcaron con ellos durante los primeros minutos de la tragedia, ayudando a sacar a los supervivientes y dando mantas y material suficiente para tratar a los heridos.