El pasado mes de enero veía la luz el segundo disco de los madrileños Tangerine Flavour: Empty Fantasies. Un trabajo donde la banda daba un golpe de timón a su sonido abrazando el soul, el funk o el pop más ochentero, además de las raíces americanas que tanto le han caracterizado. Ahora, después de unos meses de rodaje por festivales, podremos escucharles en un espectacular directo en el Aloha Fest de Leganés.
Para calentar motores hablamos con Pablo Martín, cantante y guitarrista de Tangerine Flavour, que nos cuenta qué es lo que podremos escuchar en este concierto tan especial.
El sábado llegáis a Leganés para el Aloha Fest, ¿cómo lo lleváis?
Muy bien. Llegamos con muchas ganas de cantar en este nuevo festival después de casi toda la gira de este nuevo disco.
Este año habéis tenido una agenda muy cargada de festivales este verano.
Sí, no nos podemos quejar (risas). Hemos tenido el Festival Cazorla con grupos que nos gustaban desde hace muchos años, en Pueblos Blancos que es genial también con muchos grupos de Austin y de todas partes del mundo…
Poco a poco parece que van entrando estos festivales a pesar de hacer un estilo que no es tan mainstream, pero hay festivales como el Aloha y estos que apuestan por raíces o rock.
A pesar de no ser mainstream, es un género muy seguido y con mucha variedad de grupos.
Al final siempre hay un estilo que se pone de moda pero hay gente que quiere abrigarse en todos los demás, y el estilo que hacemos tiene muchos oyentes y hay países en los que es el más escuchado. Siempre habrá gente que le apetezca volver a las raíces, lo añejo… aunque también intentamos llegar a todo el mundo. Es un tipo de música con el que queremos hacer pasar a cualquier un buen rato, y en el Aloha Fest esperemos que así sea.
Nosotros hablamos hace unos cuatro años, con el lanzamiento de vuestro primer trabajo, y os han pasado muchas cosas desde entonces: una pandemia, una reorganización de la banda… ¿cómo lo habéis vivido?
Ha sido una época convulsa, triste y bonita a la vez. En general estamos muy contentos de cómo han ido las cosas. Nosotros hablamos con el disco «No Hard Feelings», que era de americana puro, pensábamos grabar uno casi a continuación pero Miguel, uno de los fundadores, se fue, llegó el COVID, se complicó todo… Estuvimos mucho tiempo con las nuevas canciones enquistadas ahí, queríamos sacarlas ya (risas). Pero todo tiene su parte buena, pudimos trabajarlas bien, conocimos a Josu García e hicimos un buen trabajo con él, y el disco nos gusta mucho.
Sois animales de estudio, lo que os gusta a parte de carretera y manta os gusta crear más que otra cosa…
Sí, de hecho ahora estoy en la caseta de al lado del estudio grabando el tercer disco (risas).
No habéis terminado la gira de «Empty Fantasies» que estáis ya con el tercero…
Tú piensa que algunas de las canciones de este disco tienen ya cuatro años. Se han ido acumulando temas porque componemos varios: a parte de Fernando, yo, entró Alejandro Vizcaíno que también aporta sus canciones. Acumulamos material y es lo peor que le puede pasar a un compositor que le dan tics nerviosos… y entra la necesidad de sacar nuevos temas.
¿Cómo os ha afectado este parón precisamente en la música que componéis?
Nos hemos abierto a varios estilos, no centrándonos tanto en la música americana, sino también en folk y country. Hemos ido viajando arriba y abajo en el Mississipi, en esa parte del mundo pasaron muchas cosas y llegaron sonidos de todas partes. Al final no hay tantas diferencias entre el country y el blues, el blues y el soul, el rock and roll y una balada funky… hemos abierto a todo lo que nos gusta.
Me ha llamado la atención la “What are you doing?”, os habéis atrevido con un tema tabú pero muy esencial dar a conocer: el suicidio, ¿por qué?
Al final a nosotros todo lo que nos dicen que no se haga, es lo que hacemos. ¿Y por qué no? Al final componer es algo muy personal y muy individual y si sirve de algo y la gente se siente dentro de la canción, pues mira que bien.
Es un tema que quizá no me hubiera gustado tener que cantar y componer nunca, pero son cosas que suceden y al final y hay que contar la verdad, y lo que sientes. No tenemos barreras de qué se puede cantar o no, hay que huir de esas etiquetas que nos ponen.
Además es muy buena terapia: sacar todo lo que tienes dentro y ayudar a quien pueda sentirse identificado.
Yo siempre digo que componer es un acto egoísta, y es así, tú compones para tus compañeros de banda, es una cosa vuestra e incluso terapéutica. Y luego se saca. Y si encima ves que alguien la canta, que se universaliza y se unen a lo que tú sentías, es la magia, pero al final todo parte de ahí, de ti.
Esa magia es la que viene con la música, la que se suele dar cuando alguien comparte algo desde dentro porque a todos nos atraviesa lo mismo. En mayor o menor medida te puedes sentir identificado con cualquier canción.
Es así. Es una bonita forma de verlo: una unión de diferentes personas que no tienen ni que conocerse y de pronto están sintiendo lo mismo que tú cuando estabas en tu casa jodido escribiendo. Tiene muchas cosas mágicas la música, pero esa quizá sea una de las más bonitas.
Este sábado a las 12.30 h os tenemos en el Aloha Fest junto a Wisky Caravan, Los Jaleo o The five canons, ¿cómo animáis a los leganenses a acudir el sábado a veros
Un festival así, tan pintoresco con patines, buenas bandas, estilos que no son los que imperan en los festivales… es un plan perfecto para ir por allí todo el día, cada uno a la hora que quiera.
Nosotros contagiaremos el buen rollo que tenemos ahí arriba, tocaremos nuestros temas y habrá alguno inédito aprovechando que estamos en el estudio.
Es bonito apoyar la música en directo. Hay locos que todavía dan todo por ello y hay que apoyar estas iniciativas. A todo Leganés le encantará el evento y el festival, y esperemos que nuestra actuación, claro. Yo creo que lo vamos a pasar muy bien.
