Este 4 de diciembre Leganés ha realizado su particular homenaje a la Constitución Española. A las puertas del Día de la Constitución y la fiesta nacional, ha tenido lugar la celebración oficial del Ayuntamiento de Leganés. Todos los portavoces de los grupos municipales y el alcalde, Miguel Ángel Recuenco (PP) realizaron sus intervenciones en las que hubo un factor en común: la amnistía.
Como era de esperar, el único partido que defendió esta medida fue el PSOE, mientras que los portavoces de las formaciones de Vox, PP y ULEG, realizaron duras críticas; y Más Madrid defendió los servicios públicos en su discurso.
Beatriz Tejero, portavoz de Vox Leganés, fue contundente en su mensaje en la línea de las críticas de su partido al Gobierno de la nación. Así, aseguraba que, actualmente, al país «no se le reconoce» puesto que se está sufriendo una «pérdida de libertades» en los últimos años. De esta forma reivindicaba el «movimiento» para salir de esta situación «asumiendo la responsabilidad individual y reconociendo la necesidad de defender lo nuestro seremos capaces de parar este desastre».
Art30.1 Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España.
Javier Oporto, portavoz del PP, por su parte, con un discurso mucho más extenso, ha recordado que la Constitución no es solo «un compendio de normas» sino que «supuso el abrazo de nuestros padres y abuelos tras la Guerra Civil». «España necesitaba en aquella época crecer, sacar todo el potencial que tenía dentro. Vivir en paz. Ansiando una nación mejor, un país líder, y se consiguió», añadía. «La tensión era evidente y no he de negar que el miedo también», recordaba, «solo el arrojo de los políticos de la época encabezados por el rey y la tenacidad de los ‘padres de la Constitución’, se consiguió encauzar la situación».
La eficacia del delito de sedición
Carlos Delgado, portavoz de ULEG, aprovechaba para hacer un guiño ante las guerras de Ucrania e Israel, deseando «paz, no solo por ausencia de guerras, sino la que reina cuando se vive en libertad y un horizonte lleno de posibilidades». Tras ello recordaba sus palabras del pasado año reivindicando que «la mejor forma de homenajear la Constitución es cumplirla».
El año pasado, Delgado también realizaba un duro ataque a Pedro Sánchez (PSOE) y defendía el «eficaz» delito de sedición y la unión del país, señalando que actualmente «la verdad ha dejado de ser el reflejo de la realidad para convertirse en el puro acomodo personal«. Al respecto de las críticas del poder judicial ante la amnistía, ha defendido la separación de poderes, recordando que el poder emana del pueblo y «el imperio de la ley» a la que «están sometidos todos».
Finalmente, hacía un alegato a favor del pensamiento individual creando «solo muros contra el adoctrinamiento» y reivindicando «la dignidad humana, aquella que es y está en cada uno de nosotros«. Un mensaje en defensa de la libertad individual, lo que, a su juicio tiene mucho que ver con la libertad de pensamiento pues «quien piensa es libre, nunca dejemos arrebatarnos esa libertad». Así, ha lamentado que «a una mayoría de personas les cuesta pensar si no han pensado antes por ellos mismos».
«No dejemos que elijan nuestro presente y futuro dos señores en suiza con relator incluido»
Carlos Delgado (ULEG)
Críticas a la Transición
El portavoz popular, Oporto, también ha querido responder a las cada vez más sonoras críticas a la Transición. En su discurso ha sostenido que la situación de aquel momento hacía que no se tuviese «ganas de olvido, pero sí de avanzar». «Claro que se dejaron cosas en el tintero, en los dos tinteros, pero era eso lo que se pretendía, que ninguna de las tintas prevaleciera sobre otra», ha defendido. «No creo que en aquellos años nadie pensara en algo idílico. Lo que se quería hacer es lo que se consiguió: algo real y posible. La Constitución es una recopilación también de obligaciones individuales y colectivas y tendemos a olvidarlo», ha destacado.
Pronto, Oporto encauzaba de nuevo su discurso hacia el procès. Ha recordado que la Constitución «propugna la igualdad» en todo el territorio pero también las obligaciones de las Comunidades Autónomas, sobre todo la solidaridad. Además, ha reconocido que la Carta Magna no es moldeable «a expensas de los intereses políticos en un momento dado», con mecanismos «arduos» para modificar su esencia. «Se necesita, para su modificación, lo mismo que para su redacción: un amplio consenso. Así podrá perdurar: nacida del consenso podrá modificarse con el consenso», ha reivindicado.
