El festival Leganés Suena ha dejado luces y sombras en su primera edición. Mientras sobre el escenario brillaron artistas locales y propuestas musicales bien recibidas por quienes asistieron, fuera de él se multiplicaron las críticas por la escasa promoción y la limitada información sobre el evento. Una apuesta cultural del Ayuntamiento de Leganés (PP y ULEG) que, pese a su buena intención, ha evidenciado fallos de coordinación y comunicación que mermaron su impacto en los barrios.
Quejas vecinales por ruido y falta de información
A esto se suman las quejas de vecinos por los niveles de ruido y la sorpresa de encontrarse con conciertos organizados «sin aviso previo». Algunos residentes expresaron su malestar en redes sociales por la celebración de eventos musicales en zonas residenciales, en lugar de en recintos preparados como el ferial. Comentarios como «no se podía estar en casa» o «la plaza llena de basura a primera hora» reflejan cierto descontento vecinal.
Pues podían hacerlos en la puerta de su casa. El otro día musiquita hasta pasada la 1 de la madrugada en el polideportivo el Carrascal y hoy en la Avenida JC I. Vaya coñazo alcalde, ni agusto se puede estar uno en su casa. Hágalo en el recinto ferial q para eso está.
— patorres (@ftl1ftl2) June 13, 2025
Pues son las 12:30 pm y ya podían dejar de sonar ¿No?
— Vilana (@VickyRamGam) June 13, 2025
La plaza mayor de Leganés ahora es el nuevo Bernabeu. Es increíble que hagan estos eventos en pleno centro hasta altas horas de la madrugada. Ibais pasadísimos de dB. La plaza llena de basura a primera hora… de traca, sí.
— David Sevilla (@DavidSevilla90) June 15, 2025
Si, de traca si que es… A ver cuando pensamos en los vecinos y hacemos las cosas en horarios que sean de recibo
— Ana Cuadrado (@anacuadrado26) June 14, 2025
Carteles ausentes y pocas señales
El festival fue presentado oficialmente el 4 de junio, apenas diez días antes de su celebración. Este escaso margen de promoción redujo considerablemente su impacto. Aunque la programación incluía artistas locales y nombres reconocidos como David De María, la información no llegó al público general con suficiente antelación. Una lástima ya que grandísimas actuaciones no pudieron tener la respuesta en público que se merecían.
Uno de los conciertos más destacados tuvo lugar en el barrio de El Carrascal, donde precisamente se programó la actuación de David De María con el objetivo de asegurar afluencia. Gracias al empuje de su club de fans, el público respondió, aunque muchos vecinos aseguran que no habían sido informados previamente del evento. Durante el mismo día del concierto, el único aviso en la zona procedía de la Policía Local, que informaba sobre restricciones de aparcamiento por un «evento musical», sin más detalles.
Escenarios sin cartel y sin promoción visible
En otras ubicaciones como Arroyo Culebro, la situación fue aún más evidente. La programación matinal, con cuatro artistas locales en la plaza principal del barrio, se desarrolló ante la práctica ausencia de espectadores. Solo una familia acudió al evento, condicionado también por las altas temperaturas. La Asociación Vecinal del barrio aplaudió el esfuerzo de los artistas, pero lamentó la falta de planificación y difusión. Y es que los artistas, demostrando su gran profesionalidad, desarrollaron una impecable actuación a pesar del escaso público asistente.
La noche del sábado, en Plaza Mayor, estaba previsto el plato fuerte del festival con grupos locales como Sin Salida, Xure, Fran Valenzuela y De Rancho. Sin embargo, incluso estando en el centro, poca gente se enteró del concierto. Y los pocos que lo supieron se encontraron por sorpresa con que el calor obligó a retrasar el inicio del evento, algo que solo se conoció a través de los perfiles de los propios artistas.
Sin bandos ni planificación, no hay público
El festival «Leganés Suena» contaba con un buen esquema: acercar la cultura a los barrios y poner en valor el talento musical local. No obstante, la experiencia ha demostrado que para lograr una buena acogida es imprescindible acompañar estas iniciativas de una estrategia de comunicación planificada, clara y anticipada.
A días vista del evento, la promoción se ha basado principalmente en soportes digitales, redes sociales municipales, sin publicidad institucional y rotaciones rápidas en mupis que llenan la ciudad. La ausencia de cartelería visible en los escenarios y la falta de campañas informativas por los barrios han dificultado que los vecinos se enteraran con antelación. Una lección valiosa de la que habrá que tomar nota.