Todo empezó con un mensaje. Una vecina nos escribió para contarnos que en su calle, las noches de verano se habían convertido en una batalla contra unos pequeños insectos que invadían su casa. No era la primera vez que escuchábamos algo así, pero lo que vino después fue distinto: en cuestión de horas, decenas de vecinos de Leganés comenzaron a contarnos su caso, enviando fotos, ubicaciones y detalles.
En unos días, esa lluvia de testimonios se convirtió en un mapa vivo de la plaga de la galeruca del olmo, con más de 60 puntos localizados en la ciudad. Cada ubicación no era solo un marcador en Google Maps, era la voz de un vecino que llevaba tiempo soportando el problema sin encontrar solución. Algunos nos contaron que habían llamado al Ayuntamiento año tras año, sin recibir respuesta. Otros compartieron la frustración de convivir con la plaga cada verano, resignados a cerrar ventanas para evitar que los insectos entraran en sus casas.
Gracias a esa información, pudimos visibilizar una realidad que estaba ahí, pero que pasaba desapercibida para muchos. No es un tema que ocupe portadas ni que figure en los grandes debates políticos, pero afecta directamente a la vida diaria de quienes lo sufren. Y ahí está, para nosotros, el corazón del periodismo local: escuchar lo que se dice en la calle, observar lo que otros no miran y contar lo que incomoda, aunque no sea tendencia.
Lo que hemos hecho con esta noticia es periodismo colaborativo en estado puro. La historia no nació de una rueda de prensa ni de una nota institucional. Nació de la confianza de los vecinos, de su voluntad de participar, de la creencia de que contar las cosas sirve para algo. Sin ellos, este mapa no existiría. Sin ellos, este problema seguiría aún más escondido.
El periodismo, el de verdad, es esto: escuchar, ver, observar y denunciar lo que está en las sombras, con el fin siempre de ayudar y construir una sociedad mejor.