La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato mayoritario en las administraciones públicas y con representación en la Mesa Sectorial de Educación, ha criticado duramente el plan anunciado por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso (PP), para paliar la falta de profesores de Matemáticas en la Comunidad de Madrid.
El proyecto de Ayuso plantea que el Gobierno central cambie la normativa para permitir que personas sin terminar su grado universitario puedan dar clase en centros públicos. Para CSIF, esta medida no resuelve el problema de fondo y se enmarca en la “guerra política” que la presidenta mantiene con el Ministerio de Educación.
“El problema no es la falta de titulados, sino las malas condiciones”
Desde el sindicato recuerdan que cada año salen suficientes graduados en Matemáticas, pero la docencia en Madrid no resulta atractiva por las condiciones laborales. Señalan que los salarios de los docentes madrileños están por debajo de la media nacional, mientras que el coste de vida en la región es de los más altos de España. Además, denuncian la sobrecarga burocrática y la falta de reconocimiento profesional, que empujan a muchos titulados a optar por la empresa privada en lugar de la enseñanza pública.
“En lugar de improvisar, lo que hay que hacer es mejorar sueldos, dar estabilidad y dignificar la profesión”, apuntan desde CSIF Educación Madrid. “Si se cuidara a los docentes, habría suficientes profesionales dispuestos a dar clase en la Comunidad”.
Reclaman inversión real en la profesión docente
El sindicato advierte de que recurrir a estudiantes universitarios o ampliar el acceso a interinos sin formación pedagógica es “pan para hoy y hambre para mañana”. La receta, insisten, pasa por ofrecer un sueldo digno, mejores condiciones laborales y un reconocimiento real de la profesión.
“Con declaraciones como las de Ayuso, pidiendo ayuda al Gobierno central, no se va a llegar a ningún lado”, subrayan desde CSIF. Para ellos, la falta de profesores de matemáticas en Madrid no es un problema de escasez de profesionales, sino de falta de voluntad política para valorarlos como se merecen.





