El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Leganés ha decidido no continuar con el contrato para retratar a los cuatro exalcaldes locales. Todo ello tras la polémica desatada por la publicación en este medio del contrato, por valor de 16.500 €.
La decisión ha sido anunciada este lunes «en coherencia» con el paso atrás que han dado dos exalcaldes socialistas, Rafael Gómez Montoya y Santiago Llorente, quienes han expresado su deseo de no mantener esta práctica.
Fuentes municipales recuerdan que el último regidor que fue retratado fue José Luis Pérez Ráez (1991-2007), en 2008 durante el mandato de Rafael Gómez Montoya y con Santiago Llorente como concejal. De hecho, califican esta tradición, realizada en instituciones a todos los niveles como la Asamblea de Madrid o el Congreso y el Senado, como una «tradición creada y consolidada por el PSOE».
Menor inversión por retrato
En el contrato actual, cada retrato tenía un valor de cerca de 3.500 €, muy por debajo de los retratos más recientes, tal y como han recordado desde el Ayuntamiento:
- El retrato de Pérez Raez costó 9.630 €
- El retrato de Manuel Mateo Luaces, 7.234 €
- El retrato de Fernando Abad, 6.960 €
«En total, casi 24.000 euros invertidos en tres retratos sin que entonces el PSOE cuestionara ni el gasto ni la conveniencia de perpetuar esta tradición», subrayan las mismas fuentes municipales.
Un contrato que se queda en el aire
Ante las críticas recibidas, tanto del PSOE como de la ciudadanía, el Gobierno local ha calificado la situación de «polémica estéril» señalando que «el PSOE pretende generar un debate artificial en torno a un asunto que nació de sus propios mandatos». No obstante, aprovechan para criticar el gasto de coches oficiales blindados durante el mandato de Rafael Gómez, o los altos pagos en comidas de la tarjeta institucional, de Santiago Llorente.
El actual equipo de Gobierno no va a entrar en polémicas estériles. Lo que sí resulta evidente es que. Nuestra responsabilidad es gestionar con rigor y coherencia, y por eso hemos decidido poner fin a una práctica que, paradójicamente, quienes la instauraron son ahora los primeros en deslegitimar.
Fuentes municipales de Leganés